Esos 33 goles que lleva en contra son una losa, casi una lápida para sus intenciones de subir a Primera División si en la segunda vuelta, que comienza este sábado frente al Recreativo, el Real Zaragoza no consigue amurallar su portería y mejorar de forma considerable su sistema defensivo. La dificultad es máxima en el caso de insistir en su fragilidad atrás, tanto que tendrá que hacer historia para meterse entre los seis primeros o que los demás colaboren a que la escriba.

Ningún club de Segunda que ha cerrado la primera ronda encajando 33 o más goles desde que la competición la disputan 22 equipos (temporada 1997-1998), ha ascendido. Existe un precedente, el único, que puede servir de referente para afrontar el resto del torneo con la convicción de que nada es imposible: en la temporada 2009-2010, el Elche era 10º a estas alturas con 34 goles en su debe y acabó sexto. El problema de los ilicitanos es que en ese curso aún no se había aplicado el formato de la promoción y el premio recaía en los tres primeros.

Para reflejar la complejidad de la empresa hay que regresar de nuevo al pasado y repasar los números: en estos 17 ejercicios, de los 26 conjuntos que han sumado las mismas o más dianas que el Real Zaragoza soporta en estos momentos en su cuerpo, han seguido en Segunda en el mejor de los casos. Solo queda como una isla aislada a la que agarrarse el caso ya mencionado del Elche, una hazaña sin recompensa.

Sujetado con hilos en defensa, amenazado por las lesiones y las tarjetas y con un espiritu colectivo poco propopenso a la contención, Ranko Popovic tendrá que apañárselas para cortar en seco esa hemorragia de una primera vuelta que, pese a todo, mantiene al Real Zaragoza en el séptimo lugar y a un punto de las plazas de ascenso por eliminatorias. No deja de tener mérito el puesto en la clasificación, pero para dar consistencia a su gran objetivo, se necesita una importante complicidad del grupo y un trabajo titánico en entrenamientos y partidos. Un cambio de mentalidad y de actitud.

En los últimos ascensos a Primera del Real Zaragoza, el conjunto aragonés había recibido 16 y 24 goles en contra al bajarse el telón de la primera vuelta. Estaba segundo y cuarto en la tabla... Era otra historia. Hoy tiene que redactar una inédita, de esfuerzo descomunal. Si persigue el éxito que nadie ha alcanzado en estas circunstnacias, tendá que atender mucho más su portería que la de los rivales.