Pedro Sánchez tiene el honor de ser el primer fichaje de la actual propiedad del Zaragoza, la Fundación 2032. El alicantino (Aspe, 12-12-86) dio el sí en el verano del 2014 por cuatro temporadas a un club que bordeó el desastre y a un proyecto que entonces era una incógnita absoluta, con todo por hacer. Aquella temporada el Zaragoza rozó el ascenso en Las Palmas, con un Pedro a buen nivel, y en la siguiente tanto el equipo como el jugador ofrecieron una peor versión, culminada en el desastre de Palamós para quedar fuera del playoff. «Han pasado dos años desde que me fui, pero estoy contento, me trataron muy bien. Al final me fui con la sensación agridulce, con la imagen de aquel partido. Di todo por esa camiseta cuando estuve disponible», dice el extremo, para añadir: «Son un club y una ciudad increíbles».

Esta noche en el Nuevo Los Cármenes Pedro y el Zaragoza cruzan sus caminos, con el futbolista como indiscutible para Oltra y que ya marcó en la primera vuelta al conjunto zaragocista en una falta directa. Mientras llega esa hora, Pedro, que antes de fichar por el Granada pasó por el descendido Elche tras salir de La Romareda, repasa aquel desastre en Palamós ante el Llagostera (6-2) y lo juzga como «el mayor ejemplo de que si no das todo en el campo no vale de nada. Si no compites te puede ganar y comerte la tostada cualquiera. Eso pasó allí. Ni más ni menos».

Aquello puso colofón a un curso difícil para Pedro, que empezó con una lesión en el abdomen que le tuvo casi dos meses fuera y que levantó no pocas suspicacias: «Me dolió y me dio rabia que se dudase de mi profesionalidad. Es que si estaba lesionado pues lo estaba. Después, me costó arrancar y en el último tramo de temporada el míster (Carreras) no confió tanto en mí».

El primer año, Pedro dio mucho al Zaragoza y eso que también empezó con una lesión, en este caso de rodilla. Después, marcó seis goles y fue clave para Popovic. Y llegó aquel partido en Las Palmas, donde fue titular y donde el equipo tenía un 3-1 en la ida. Pero no se logró el ascenso: «El fútbol da y quita. Estuvimos muy cerca de subir con un grupo de jugadores magnífico que a veces no se valoraba y con el tiempo se ha hecho. La pena que me da es que no se valorara nada de lo que se conseguía. Pero no sirve ahora remover el pasado y lo que se trata es intentar que el Zaragoza esté donde se merece estar, en Primera. Ese es mi deseo».

Hoy ese deseo se quedará solo en eso porque Pedro y el Granada necesitan la victoria. El conjunto granadino no está ni en promoción pese a su elevado límite salarial. «Puede ser que seamos candidatos a subir si se mira eso. Pero en Segunda si no corres y compites no llegas a ningún sitio. Esto es largo, cambian mucho las cosas para bien y para mal y nosotros solo pensamos ahora en ganar al Zaragoza», asegura.

«Jugadorazo» Javi Ros

El exequipo de Pedro ya ha dado buen nivel en los dos partidos contra el Granada. El Zaragoza eliminó de la Copa a los granadinos, que en La Romareda sacaron un afortunado empate en Liga. «Nosotros siempre estamos en guardia, pero está claro que esos precedentes son avisos. El Zaragoza nos trabajó muy bien los partidos de La Romareda y hay que intentar que ellos no hagan su juego, hay que aprender de esos dos encuentros».

Destaca Pedro «el trabajo defensivo» zaragocista, aunque se queda con el bloque. «Lleva un gran equipo, con gente con ambición y ganas de deslumbrar, con futbolistas jóvenes. Tiene que tener tranquilidad y yo espero que tire para arriba», asevera, antes de dejar claro su preferencia en el conjunto de Natxo: «Para mí Javi Ros es un jugadorazo espectacular y un muy buen chico».

Si el Zaragoza, como desea Pedro, tira para arriba, el Granada tendrá un competidor más en la carrera por subir, un objetivo que se mezcla con el deseo del futbolista de poder llegar a Primera. «Jugar en la élite es una meta y es bonito tener retos. Para mí lo es y lo espero lograr tarde o temprano», sentencia Pedro, que acaba contrato en junio.