El director deportivo del Real Zaragoza, Ángel Martín González, se reunió ayer uno por uno con la mayoría de los jugadores del conjunto zaragocista para explicarles su situación y su futuro en la entidad. Tras esa reunión almorzó con el técnico Ranko Popovic y por la tarde acudió al club el consejero delegado, Carlos Iribarren. En principio, trece futbolistas de la actual plantilla --ahí se incluyen Vallejo, Whalley y Rico, que han tenido este año ficha del filial, y Ortí, sin ficha por una lesión-- tienen contrato en vigor, pero ni mucho menos está garantizada la continuidad de todos ellos. Lo que es evidente es que el vestuario zaragocista va a sufrir una renovación obligada por las circunstancias económicas.

La Liga ya estableció un margen de dos millones para la próxima temporada en Segunda para el Zaragoza, que ha seguido negociando con la patronal y que vivirá esta semana el momento clave para saber de qué dinero dispone. Hay esperanzas de que haya una mejora, que se llegue hasta los 2,5 o, en un escenario casi idílico, a los tres, pero se asume que el margen salarial será más bajo que el de varios clubs, de los que han bajado de Primera (Elche, Córdoba y Almería), de los que han estado en Segunda saneados (Leganés, Llagostera, Ponferradina o Alcorcón), de otros como el Valladolid y hasta de algún recién ascendido, como el Oviedo o, si se diera el caso y acaba subiendo el domingo, el Huesca.

PEDRO Y CABRERA

Acaban su vinculación contractual y no seguirán Tato y Natxo Insa, que tenía una opción de prorrogar su contrato en caso de militar en Primera. Entre los nueve jugadores que este año han pertenecido a la primera plantilla y que tienen contrato en vigor parece segura la continuidad de Mario y de Dorca, mientras que los casos de Pedro y Cabrera son diferentes, porque son jugadores por los que se puede sacar una cantidad de dinero. A ambos solo se les comunicó ayer que debían volver el 12 de julio, pero Pedro, por ejemplo, desea jugar en Primera. Fernández y Álamo también son casos especiales por su salario, mientras que Alcolea podría salir. Restarían Lolo y Rubén, a los que les queda un año más, pero que se va a intentar su desvinculación de la entidad zaragocista.

Entre los jugadores con ficha del filial Vallejo es el caso más especial. Seguido por Barcelona, Madrid, Valencia o Villarreal, el club asegura que quiere que se quede, pero también que está obligado a estudiar cualquier oferta en firme que le llegue, que de momento no las ha habido. El canterano y capitán desea seguir y su cláusula ahora es de 1'5 millones. Rico, con contrato hasta 2018, seguirá y Whalley, al que le resta un año más, tiene opciones de irse, mientras que Jorge Ortí, al que aún le queda tiempo de recuperación en su rodilla y contrato hasta 2017, es imposible que pueda salir.

LOS CEDIDOS

Galarreta regresará en principio al Athletic, aunque allí no tiene sitio y el club vasco ya ha deslizado al Zaragoza que puede contar con el centrocampista, y la opción de compra de Basha, de medio millón de euros, no se va a ejecutar. Mientras, la continuidad de Willian José, propiedad de un fondo inversor, y de Borja Bastón se juzga como imposible. El Pichichi, propiedad del Atlético, jugará en Primera, con Getafe o Rayo como probables destinos. El Zaragoza intentará que sigan Jaime y Bono, también a préstamo, y para que continúe Eldin, cuyos derechos pertenecen a sus agentes, debe ejecutar el club una opción de compra de 1,2 millones, que salvo nuevas condiciones de negociación, hace inviable que siga.