Víctor Laguardia era ayer un tipo inmensamente feliz. Justo antes de partir en el autobús que iba a llevar a la plantilla del Alavés a la plaza de la Virgen Blanca, donde les esperaban unos 20.000 seguidores alavesistas, el canterano zaragocista expresaba sus sensaciones, una alegría que tapa malos momentos, como el que le trajeron las lesiones en el comienzo de su carrera en el primer equipo del Zaragoza. "Tuve un episodio difícil por las lesiones, con 20 meses fuera y mucho sufrimiento. Que el fútbol te da revancha es muy cierto, me lo he ganado con mi trabajo y mi esfuerzo. Esto es una gran alegría, estoy muy feliz", señala Lagu, recordando aquel largo tiempo que estuvo con problemas en su rodilla derecha en un calvario que se inició en enero del 2010.

Sin embargo, el presente, estos días tras consumar el ascenso con la victoria ante el Numancia, es momento de disfrutar y de recibir mensajes de felicitación. "De Zaragoza he recibido muchísimos, algunos estarán enfadados porque no les he podido contestar, pero lo iré haciendo poco a poco", explica con una sonrisa.

"Ahora quiero disfrutar de la Primera División, me quedan dos años de contrato en el Alavés y jugar en la élite es mi objetivo, el de cualquiera que empieza en esto. Lo pude ver cumplido en el Zaragoza con 19 años en unos pocos partidos, pero ese sueño se acabó por las lesiones. Ahora, vuelvo a cumplirlo y espero hacerlo con más fuerza". En aquella temporada 09-10 disputó tres partidos en Primera (frente a Tenerife, Sevilla y Mallorca), antes de aquella fatídica mañana de enero en La Romareda.

Temporada y media en blanco después, tomó rumbo a Las Palmas y al Alcorcón y regresó a La Romareda tras el descenso para jugar en Segunda con el Zaragoza hasta que en el verano del 2014 el adiós fue definitivo. "Salir de casa fue duro, porque cuando empiezas en tu equipo de toda la vida quieres estar muchos años ahí, pero esto es parte del fútbol. Me siento muy bien en el Alavés y muy partícipe de este ascenso. He jugado 39 partidos, el míster y mis compañeros han confiado en mí y así es más fácil rendir", añade el central.

La clave del éxito

Tiene muy claro cuál ha sido la clave para que el Alavés retorne a Primera 10 años después: "La base de todo es el equipo, ningún jugador aquí ha destacado por encima del resto y se ha trabajado por una idea común, también en los malos momentos. Hemos sido una piña, un grupo humano impresionante. Ahí radica seguro el éxito".

La felicidad de Laguardia, zaragozano y zaragocista, que entró en esa cantera en juveniles y con Carlos Rojo, se completaría con el ascenso del Zaragoza. Es decir, que el equipo donde se crió cogiera el tercer billete, el de la promoción: "Me encantaría, sería algo fantástico. Ya tiene en la mano disputar el playoff y espero y deseo encontrarme con ellos en Primera la próxima temporada. Yo le veo muchas opciones, es un rival fuerte en esas eliminatorias porque La Romareda va a pesar mucho y tiene buenos futbolistas. El Zaragoza merece regresar a Primera ya, por historia y por la gente. Ojalá lo logre", expresa con pasión, anticipando que tratará de estar en La Romareda en esas eliminatorias de la promoción. "Creo que sí iré. A ver si cuadran las fechas y lo que tenga que hacer, pero mi idea es ir", sentencia.