Duelen, y mucho, los cinco choques perdidos que el Zaragoza ha vivido en este curso en La Romareda. De hecho, solo cuatro equipos de toda la Segunda han sufrido más derrotas caseras --Huesca (9), Córdoba (8), Bilbao Athletic (7) y Albacete (6)-- que el conjunto zaragocista y tres de ellos andan por la zona baja de la tabla, luchando por no descender a la categoría de bronce. Sin embargo, el Zaragoza sí que ha amarrado ya un buen número de victorias ante su gente, 10 en 17 partidos. Así, forma parte del exclusivo grupo de cuatro equipos en Segunda que han alcanzado la decena de triunfos caseros y, además, ya ha igualado los que consiguió la temporada pasada, cuando se clasificó para el playoff.

Y ahora tiene la cita de mañana ante el Alcorcón y las que quedarán por disputar contra Bilbao Athletic, Nástic y Oviedo para mejorar ese dato. Además, tres de esos cuatro partidos, todos menos el que disputará contra el filial del conjunto rojiblanco, son ante rivales directos en la pelea por los puestos de promoción y de ascenso directo. Convertirlos todos en victoria, sumar un pleno de 12 puntos en esos cuatro pleitos caseros, sería un paso de gigante para retornar a la élite en junio.

Buen balance global

La Romareda gana, pues, peso. No es un fortín absoluto para sellar con rotundidad el ascenso, pero no es menos cierto que el Zaragoza en números globales es, con 32 puntos de 51 posibles, el quinto mejor local. Solo le superan el Leganés y el Alcorcón --rival de mañana y que baja mucho lejos de Santo Domingo, donde no gana desde el 4 de enero--, ambos con 36 puntos, el Oviedo (34) y el Nástic (33). Sin embargo, solo hay cuatro equipos que han logrado 10 triunfos en casa en esta Liga. Son Leganés, Alcorcón, los dos conjuntos más fuertes ante su gente en esta categoría de plata, Oviedo y Zaragoza.

En La Romareda han caído el Almería (3-2), el Alavés (1-0), el Tenerife (2-0), el Elche (2-0), la Ponferradina (2-0), el Llagostera (1-0), el Leganés (1-0), el Lugo (3-1), el Albacete (1-0) y el Mallorca (2-1), todas victorias sufridas y con poco margen para la tranquilidad, como corresponde a una categoría tan igualada y a un Zaragoza tan irregular, pero victorias al fin y al cabo. Mientras, un empate del Municipal se llevaron el Huesca (3-3) y el Numancia (2-2), para que La Romareda viera conquistar todo el botín al Córdoba (0-1), al Osasuna (0-1), al Valladolid (0-2). al Mirandés (1-2) y al Girona (0-3).

Esos diez triunfos caseros del Zaragoza han hecho que ya haya igualado los que firmó la temporada pasada, donde también se mostró irregular en su feudo. Esas diez victorias, siete empates y cuatro derrotas reportaron al equipo zaragocista 37 de los 61 puntos que le llevaron a ser sexto, para ser el octavo mejor local de la última Liga. El Zaragoza de esta temporada está en perfecta disposición de mejorar los datos en La Romareda de la temporada pasada y ya lo ha hecho de forma clara con los de la 13-14, donde firmó unos números ante su gente ridículos (7 victorias, 7 empates y 7 derrotas), ya que logró 28 puntos en casa para ser el vigésimo equipo en su feudo de toda la Liga en un curso en Segunda, el primero tras el descenso, que fue terrible, ya que ni se metió en promoción.

Lejos, eso sí, queda la fantástica marca del último ascenso zaragocista, el conquistado en la 08-09, donde el Zaragoza firmó 50 puntos de los 63 que disputó en La Romareda, con un balance extraordinario, de quince triunfos, cinco empates y una sola derrota. Aquel equipo dirigido por Marcelino García Toral realizó una gran segunda vuelta del campeonato y construyó el ascenso sobre todo en su poderío como local. Mientras, en la 02-03, la otra temporada donde se consiguió retornar a la élite con el actual formato de 22 equipos y tres puntos por victoria, el Zaragoza de Paco Flores fue algo menos solvente en casa, ya que hizo once triunfos, seis tablas y cuatro derrotas para conquistar 39 puntos, cifra que también puede superar el actual conjunto zaragocista en las cuatro citas que faltan en el Municipal, lo que sería una señal magnífica para atrapar la más que difícil meta del ascenso directo.