Del nivel futbolístico que puede ofrecer Romaric se puede dudar poco. Si el costamarfileño se aproxima a su tope, el Zaragoza habrá ganado a un jugador decisivo, vital, un centrocampista enorme. Y, de hecho, ahora mientras el físico le aguanta, aporta consistencia, salida de balón y llegada al marco rival. El problema es que ese físico apenas le aguanta. La razón de ello no está en el sobrepeso, habría que buscarla más en el fondo físico, en el tono que no cogió en pretemporada, mientras que las molestias en el pubis, ahora ya más controladas, también han dificultado la puesta a punto de un hombre corpulento y al que le cuesta más coger la forma por constitución.

Jiménez y su cuerpo técnico ya están apreciando una sensible mejoría en Roma y se espera, y se confía, en que en unas tres semanas, más o menos tras el parón de octubre, alcance un nivel cercano al óptimo y que se acentúe en noviembre y diciembre.

Romaric es un jugador de complexión fuerte y de mucha envergadura. Por eso, con una estatura que ronda el 1,90, su peso ideal está en los 88-90 kilos, aunque el doctor Escribano, nutricionista que colaboraba con el Sevilla, bajaba un poco esa cantidad (85). Ahora, no está en ese peso ideal, pero si en una horquilla de unos dos kilos por encima que deja claro que el problema de Romaric no está en el peso. Cuando en otras épocas sí lo ha estado, sobre todo en varios momentos en el Sevilla. Cuando llegó del Le Mans en el 2008 superaba los 105 kilos.

En su metabolismo hay una clara tendencia a engordar a poco que se descuide, ya que también acumula mucho líquido. Eso hace que haya que estar muy pendiente de su báscula. En el Sevilla, había semanas que estaba perfecto en su peso y en 20 días ganaba los kilos que había perdido en el mes anterior.

EL PUBIS Obviamente, cuanto más cerca esté de su peso ideal tendrá un mejor dinamismo, acelerará más su puesta a punto y habrá menos riesgo de lesión. Pero queda dicho que el problema actual no es ése, sino que está en el fondo físico. Además, Romaric terminó el curso pasado con molestias de pubis y las ha sufrido durante estos meses.

El futbolista, que arribó al Zaragoza a finales de julio, no llegó con los deberes hechos en la preparación física que se le marcó en el Sevilla, en una parte inicial que es fundamental para acumular gasolina. Ahí está el verdadero problema. Llegó muy por debajo del nivel físico de sus compañeros y las molestias de pubis, ahora bastante minimizadas, le han retrasado más.

Romaric soporta cada día más cargas de trabajo en una evolución lenta y progresiva y eso supone que gana en fondo. Pero el cuerpo técnico tiene que ir con cuidado en el reparto de esas cargas y no puede hacer un trabajo suplementario todos los días. Si se excede en ese aspecto, puede llegar muy fatigado al partido.

El jugador mejoró en sus prestaciones ante Osasuna y con el hándicap además del fuerte calor. Eso es un motivo para la esperanza. Y hay más. El curso pasado, cuando estuvo cedido en el Espanyol, alcanzó su cénit, su mejor rendimiento, entre noviembre y febrero después de una pretemporada irregular con el Sevilla, ya que estuvo apartado. Eso sí, en enero Costa de Marfil puede llamar al jugador para la Copa de África, si bien esta selección aún no se ha clasificado, ya que tiene que eliminar a Senegal en el partido de vuelta.