El batacazo del Real Zaragoza, con la derrota ante el colista y desahuciado Sevilla Atlético, no es un golpe más, entra por derecho propio en el manual de los petardazos perfectos. Un batacazo inapelable, vamos. Si se quiere una descripción gráfica de lo que es un golpe de este tipo no hay que ir a ningún diccionario, se visiona el partido en La Romareda y está claro, cristalino. Un Zaragoza lanzado, con seis triunfos consecutivos y con el aval de ser el mejor de la segunda vuelta se estrelló ante un rival ya sin nada en juego, que llevaba cero puntos de los últimos 30 y que llegaba con hasta 11 bajas a La Romareda. Ver para creer... Lo dicho, la esencia de un petardazo.

Además, la victoria sevillista fue merecida de cabo a rabo, sin discusión. Salió mejor al partido, lo llevó por donde quiso, generó más peligro y mereció marcar alguno más que el de Mena al final de la primera mitad ante un Zaragoza donde no funcionó nada, ni uno solo de los resortes que le habían aupado en una reacción espléndida. Fue el de Natxo un equipo sin alma, lento, mal ubicado y sin capacidad con el balón ni en ataque, donde llevaba doce jornadas consecutivas viendo puerta, las seis últimas anotando un mínimo de dos dianas. Ayer, ni Caro ni el Sevilla Atlético, bien sostenido por sus dos centrales, sufrieron en demasía. Es más, la victoria del colista fue hasta corta vistos sus méritos.

El varapalo es peor por las sensaciones, por lo que implica por cortar una gran racha y por la decepción que trae, que por lo que supone a efectos clasificatorios. El Zaragoza sale del playoff, al que había llegado con su gran reacción, pero lo tiene a solo un punto y el ascenso directo sigue a ocho. El problema es que esta victoria entraba en todas las previsiones, en todos los cálculos, y no se dio, además de que ahondó en la debilidad defensiva del equipo, que ha sido firme atrás a cuentagotas en este curso. No lo fue en Pamplona, donde Cristian salvó muchas y el Zaragoza fue eficaz arriba, ni tampoco ayer. Y llegó una derrota merecida.

El varapalo deja a las claras que el mensaje autocrítico de Natxo tras ganar en Pamplona tenía su razón de ser, que estaba justificado. El técnico apostó por el mismo once salvo la entrada de Buff por Febas en la punta del rombo, pero desde el principio el Zaragoza no iba a estar nada cómodo en el pleito ante una Romareda ilusionada al principio y sorprendida después, pese a que intentó despertar a su equipo en varias ocasiones con música de viento.

No hubo manera, el Sevilla Atlético tomó el balón y tapó bien a Eguaras en el medio. Con eso le bastó para gobernar el choque con una comodidad absoluta. Boutobba se encargó de ser una pesadilla para la defensa zaragocista y Mena y Fede controlaron el pleito en la medular, donde ni Guti ni Zapater ni Buff aportaban sustancia alguna. Y arriba tampoco aparecían Borja y Pombo. Lasure, por la izquierda, traía alguna luz, tímida en todo caso.

Sin la necesaria tensión competitiva por mucho que fuera el colista y con una presión nada efectiva, el Zaragoza vivía expuesto al golpe del rival. Mena, desde la frontal, y Boutobba, tras una jugada de Marc Gual, lanzaron los primeros avisos del enemigo, y la grada quiso avisar con pitos a los suyos. No le hicieron caso.

Varios centros de Lasure, el más peligroso uno que no conectó bien Borja, fueron la respuesta del equipo zaragocista, que sin el balón sufría mucho en la medular. Cristian Álvarez despejó un tiro lejano de Boutobba y, en el último minuto y con Eguaras siendo atendido por estar sangrando, el Sevilla ya no perdonó más. El mal repliegue zaragocista y el desajuste de Buff y Guti lo aprovechó Mena para sacar un misil desde fuera del área para anotar el 0-1 antes del descanso.

La decoración no cambió mucho después. Si acaso a peor. El Zaragoza trató de meterle una marcha más a su triste partido, pero solo propició las contras del Sevilla Atlético. Curro, en dos ocasiones, y Boutobba, en la mejor, que definió de forma terrible, pudieron sentenciar el pleito, mientras que el Zaragoza solo generó peligro en una dejada de cabeza de Buff que Guti mandó al limbo.

Se veía a la legua que el Zaragoz no carburaba y Natxo tardó un mundo en buscar algo desde el banquillo. Entró Febas para arriesgar más en el rombo y luego lo hicieron Toquero y Alain. Poca cosa cambió. O nada. Cristian salió bien a los pies de Marc Gual y después evitó con su estirada el gol del delantero sevillista. Por el lado del Zaragoza solo hubo un remate de tacón de Toquero y un cabezazo fuera con todo a favor de Perone tras un córner. El Sevilla ni sufrió para defender su victoria. Hasta en eso el petardazo zaragocista fue de manual. Sí, un señor batacazo.

LA FICHA Y PUNTUACIONES

Real Zaragoza

Cristian Álvarez 3

Alberto Benito 0

Grippo 0

Perone 0

Lasure 4

Eguaras 0

Zapater 0

Guti 0

Buff 0

Pombo 0

Borja Iglesias 0

0-1 (m. 44) Mena, de disparo colocado y fuerte desde fuera del área.

Árbitro: Pulido Santana (5), C. Canario.

Tarjetas: Amonestó con tarjeta amarilla al zaragocista Eguaras y a los visitantes Cristian González, Álex Muñoz, Curro y Borja.

Incidencias: 22.600 espectadores en La Romareda. Minuto de silencio por el fallecimiento de Antonio Pais.

Sevilla Atlético

Caro 5

Carmona 5

Cristian González 7

Álex Muñoz 7

Matos sc

Fede San Emeterio 6

Mena 7

Olavide 5

Boutobba 7

Curro 6

Marc Gual 6

Técnico: Natxo González (0)

Cambios: Febas (0) por Zapater (m.69), Alain (0) por Lasure (72) Toquero (0) por Pombo (72)

Técnico: Luis García Tevenet (6)

Cambios: Borja San Emeterio (5) por Matos (23), Yan Eteki (5) por Olavide (67) Genaro (5) por Curro (7