Fue acabar el último partido de la temporada, con aquella desgraciada derrota en Las Palmas y cambiar el mensaje. Esa misma noche, con el dolor de la frustración bien fresco, Martín González afirmaba que el único objetivo del Zaragoza era ascender a Primera. Devolvía así al club y su afición la dignidad que le habían quitado durante tantos meses al querer escapar por los callejones del presente de una obligación histórica. Se llegó a asegurar que no era un fracaso quedar fuera de la promoción. Ser octavo, o décimo, por ejemplo... Casi no se entendió, claro. Así que el discurso cambió bien pronto. Con la voz más o menos alta, con mayor o menor convicción, todos los futbolistas que desfilan por delante de los micrófonos repiten el propósito marcado, que para tantos es anhelo.

Más allá, la primera intención del Zaragoza es alcanzar el ascenso de manera directa. Es decir, acabar la Liga entre los dos primeros clasificados. Esta vez no habrá quien perdone o atenúe las situaciones por detrás. No sentaron nada bien en el club los dos puntos perdidos en Miranda. No se quieren buscar excusas, ni mucho menos consentirlas. Los dirigentes saben, y repiten, la urgencia que tiene el regreso a Primera por el camino más recto. No es una cuestión deportiva, que también. Bien se sabe que es económica. Obliga al Zaragoza a salir a ganar todos los partidos. Todos.

Así que hay unidad en los discursos. Nadie se sale de la línea, aunque queden 40 jornadas de Liga. Incidió ayer en el asunto Rubén, con medidas palabras de veterano. "Es pronto para decir que el Zaragoza va a ascender directamente, pero como obligación me parece sensata porque por historia ese es el objetivo que se tiene que marcar este club y esta plantilla. El objetivo es devolver al equipo donde se merece, que es la Primera".

Bien claro queda el reto, remarcado pese a que a algunos como Martín González les haga poca gracia. El director deportivo es de otra pasta. Ve el fútbol con prudencia y entiende que los éxitos suelen llegar de la mano de la moderación. No será así. Otra cosa es adivinar los rivales, aunque se apunte a los que tienen más nombre. Rubén no se atrevió a decir ni uno. Bueno, el Almería. "¿Del resto? Los 21".

"Cuando llevemos diez jornada, seguramente ya habrá un par de equipos que se separen un poquito. Por nombres, la Segunda es muy competitiva", dijo el central. No parece, no obstante, que haya ningún equipo tan potente como lo eran la pasada campaña Betis y Las Palmas.