El agente de Sergio Gil espera concretar esta semana alguna de las ofertas que maneja por el joven centrocampista y que de ese modo quede desligado de forma unilateral del Real Zaragoza. Por hacerse con los servicios de Gil se han interesado dos equipos de Primera División en España y otro de la Championship (Segunda) inglesa. La parte del futbolista considera que Sergio Gil finaliza su compromiso con el Zaragoza el 30 de junio, mientras que el club decidió activar el pasado 25 de mayo el contrato firmado entre ambas partes en el 2013 para que siga jugando las tres próximas temporadas en el primer equipo. Todo apunta a que el asunto acabará en los tribunales.

El joven centrocampista se negó a reconocer ese contrato por no aceptar las condiciones que figuran en el mismo para seguir en el club aragonés. Gil acaba su compromiso con el Deportivo Aragón el próximo 30 de junio. El principal problema para que ambas partes puedan alcanzar un acuerdo reside en que el Real Zaragoza se aferra al cumplimiento estricto de los puntos que existen en el contrato y la parte del futbolista considera que antes de activarlo deben ponerse de acuerdo en los mismos. Esta última discrepa principalmente en la cláusula de rescisión que tendría el jugador, 15 millones de euros, y el salario que percibiría el joven futbolista, unos 65.000 euros.

Narcís Juliá, director deportivo del Real Zaragoza, ha reconocido que después de la conversación que mantuvieron con el futbolista aragonés recibieron un burófax firmado por el jugador considerando no válido el contrato. "A partir de aquí seguimos con las conversaciones y se volvieron a reafirmar en que discrepaban de ese acuerdo. Entonces decidimos poner el asunto en manos de los servicios jurídicos del club", dijo. Mientras que José Minguella júnior, representante del futbolista, comentó: "La cláusula de rescisión es abusiva. En otros casos sabemos que la ficha del jugador se ha puesto en consonancia con la cláusula. Ellos están enrocados y no sabemos lo que querrán hacer".

Además, Juliá advirtió en su momento que "vamos a defender nuestra posición y nuestra postura desde el ámbito jurídico si se diera el caso. Si las dos partes no convergen habrá una tercera persona, en este caso un juez, que dictamine".