No tiene dudas Milla de que necesita un jugador tras la lesión de Wilk. Y tampoco las tiene Narcís Juliá, aunque la petición del entrenador ya se ha escapado, porque David López no quiso esperar más al Zaragoza y se marchó al Huesca hasta 2018, dos años, un factor clave. David López, al que Milla conoce de su etapa en Lugo, estuvo a punto de llegar al final del mercado de verano y ahora tenía sobre la mesa el interés zaragocista a través del técnico, pero la dirección deportiva ha optado al final por apostar por otro futbolista. David López encajaba en lo buscado, porque es un centrocampista diestro con proyección ofensiva --no del perfil defensivo de Wilk-- y que se puede mover en la medular y en la banda.

"Es obvio que con la situación de Wilk el club necesita un jugador, pero a partir de ahí es una situación de la dirección deportiva consesuada con el cuerpo técnico en la que se debe analizar el tipo de jugador que necesitamos. Si se cae un centrocampista necesitamos otro que pueda jugar en esa demarcación y a partir de ahí es cuestión de matizar el tipo de futbolista que debe ser", aseguró Milla, dejando claro que esos matices conducen a un jugador de diferentes prestaciones a las de Wilk. Es decir, que tenga más salida de balón.

El club, en el momento que dé la baja a Wilk, para lo que dispone de 20 días hábiles, podrá incorporar a un jugador, tanto del paro como de Primera o Segunda de España. Desde la entidad se quiere sopesar si se acomete la contratación o se espera a enero y se apuesta por el filial (Pombo, por ejemplo), aunque Milla quiere que ese fichaje llegue ahora. El club dispone de unos 130.000 euros para esa incorporación con la ventana del permiso que se le abre por la lesión de Wilk, ya que solo puede disponer del 80% del salario del polaco desde ahora a junio.