Ni los dos tropezones en forma de empate ni la absurda decisión de colocar el derbi aragonés un lunes a las nueve de la noche parece que vayan a lograr oscurecer el Huesca-Zaragoza. Ya ha habido bastante movimiento para el desplazamiento entre las peñas blanquillas, así que se esperan centenares de aficionados zaragocistas en las gradas de El Alcoraz. La entidad altoaragonesa, por su parte, ha declarado el día del club. Los abonados comenzaron a retirar sus localidades a buen ritmo desde que se pusieron a la venta, por lo que la atmósfera en el estadio oscense será bien parecida a la de los últimos años. Este derbi va repitiéndose en tiempo reciente, coincidiendo con el mejor momento histórico del Huesca y uno de los peores del Real Zaragoza, que suma cinco temporadas consecutivas en Segunda. Llega esta vez, además, con los dos equipos inmersos en una buena racha de resultados. Ambos llevan siete jornadas sin conocer la derrota.

La repetición en el tiempo, el roce clasificatorio, va dándole otro aire a este partido en el que el Huesca, a priori, se puede considerar favorito. Motivos clasificatorios tiene, además de atravesar un momento de juego estupendo que lo ha colocado entre los mejores equipos de la categoría. Quizá notó los trastornos en la plantilla y el cambio drástico de filosofía en el banquillo durante las primeras jornadas, pero ya hace semanas que el conjunto de Rubi es fiable en cuanto a resultados, incluso hermoso en algunos momentos de fútbol. Dijo su entrenador después del triunfo ante el Cádiz que debían disfrutar de este instante en el que al equipo le sale casi todo. En Albacete, el pasado sábado, el Huesca fue más prosaico que poético para sumar un punto en una tarde que le salió fea. Se agarró a su confianza para mantener la racha de siete jornadas consecutivas sin perder, con cuatro victorias y tres empates que le han lanzado hasta los 20 puntos en la tabla. Es cuarto.

El cuadro azulgrana no pierde desde el 17 de septiembre, cuando cayó (3-2) en su visita a la Cultural Leonesa. Se pudo pensar entonces que el Huesca sería un equipo bien diferente esta temporada. Resolvió las dudas pronto, con tres victorias de prestigio consecutivas. Tumbó al Valladolid (1-0) y al Rayo Vallecano (2-1) en dos partidos sucesivos en su estadio y goleó en su visita al Almería (0-3). Después llegaron los empates ante el Reus (1-1) y en Gijón (1-1) antes de vencer al Cádiz (1-0) y arañar este último empate en el Carlos Belmonte (0-0).

RACHA CON RESULTADOS PEORES / El Zaragoza transita por un lapso favorable similar, aunque lo ha estropeado en las dos últimas jornadas, que antes parecieron victorias. Si las hubiera sumado, habría calcado los números del Huesca. Su racha de siete encuentros sin perder, sin embargo, la resume en dos victorias menos. Es decir, 11 puntos en lugar de 15, y esa sensación de que el equipo se ha atascado un tanto pese a que hace mes y medio que no pierde, desde aquella noche del 15 de septiembre en Lugo. Su reacción comenzó con los empates ante el Nástic (1-1) y en el Tartiere (2-2), sobre todo al golear al Numancia (3-0) y vencer con cierta comodidad en Lorca (0-2). Se comprendió luego el resultado ante el Osasuna (1-1), pero no sus errores en la visita al colista (2-2) ni su gris encuentro ante la Cultural (0-0).

Los números hablan de dos rachas, pero las necesidades son bien distintas. Al Zaragoza le urge reconducirse hacia la victoria para acercarse hacia la parte alta de la tabla. Allí está el Huesca, gracias fundamentalmente a su rendimiento en casa, donde ha sumado cuatro victorias y dos empates y solo ha encajado dos goles. Podría decirse pues que es favorito, pero el Zaragoza ha sumado más fuera de casa que en su estadio. Y esto es un derbi. Un derbi total.