El Real Zaragoza presentó ayer a Marcelo Andrés Silva Fernández, séptimo fichaje del verano que pasa por La Romareda para cumplir presentación y hablar de los objetivos del nuevo curso, del ascenso básicamente. En este caso es un central uruguayo que dejó algunas dudas en su último destino, el pasado curso en Zorrilla, pero que tiene recorrido en el fútbol español y un par de ascensos a sus espaldas con Almería y Las Palmas. La experiencia en Segunda y la personalidad con la que se expresa en su fútbol han sido los elementos principales para que el Zaragoza decidiera su contratación por una temporada.

Así lo presentó Narcís Juliá ayer: "Marcelo Silva viene a reforzar la posición de central, una posición que necesitábamos reforzar, numéricamente también ya que solo teníamos a Leandro Cabrera. Es el perfil de jugador que buscábamos, con experiencia en la categoría y oficio. Nos puede ayudar en aspectos del juego que son imprescindibles en esta categoría. Tiene recorrido, experiencia y conocimiento de lo que es esta Liga en España y ha vivido situaciones como la que pretendemos vivir este año de optar por el ascenso. Por tanto creemos que reúne todas las condiciones deportivas y personales", introdujo el director deportivo en las oficinas.

Silva no tardó en decir que la opción del Zaragoza era "la mejor" pese a que ha tenido otras ofertas durante el verano. "Me gusta cómo se están haciendo las cosas y el proyecto con la intención de volver a Primera", manifestó el defensa, que espera que su carrera en el club aragonés no se ciña al año de contrato. "Espero que se pueda cumplir el objetivo para tratar de quedarme. Mi pensamiento es que vayan las cosas bien y se pueda optar por una segunda temporada si el equipo sube a Primera", dijo el uruguayo.

Se va a encontrar una cara amiga en la plantilla, su compatriota Leandro Cabrera, que ya ejerce de cicerone en sus primeras horas en Boltaña, adonde llegó ayer por la tarde tras la habitual presentación en La Romareda. En el estadio se encontró con unas decenas de aficionados zaragocistas en la grada. Unos toques al balón, unos autógrafos, algún que otro selfi y un par de regalos para su nueva hinchada antes de coger el coche camino de la concentración para volver a ver a su paisano. "Con el Lele ya conocí en las juveniles de Uruguay y en la sub-20. Lo llamé incluso antes de venir acá. Va a ser una experiencia muy bonita para mí. Ojalá vayan las cosas bien y nos podamos entender también dentro del campo. Tenemos fama los uruguayos de rascar (dar patadas) un poquito, pero yo creo que tiene que ser así, más en esta categoría en la que hay mucho choque. Lo que tiene el jugador uruguayo viene bien para esta categoría".

El reto se repite irremediablemente en el Zaragoza, que busca el ascenso por cuarta vez consecutiva. ¿Cómo se consigue? "La unión del vestuario es muy importante en una categoría tan difícil. Del primer al último partido es una guerra, pero uno tiene que ser consciente de lo que quiere y al saltar a la cancha hay que darlo todo por el equipo y por el compañero. Se van dando circunstancias durante la temporada, pero teniendo las cosas claras es como se llega al objetivo. He visto la plantilla y son jugadores muy competitivos pero también con experiencia. Se puede hacer un buen equipo para pelear por el ascenso".