Decimotercero en la clasificación, con menos puntos que en ninguna de las campañas precedentes en la categoría de plata, sin un repunte en la tabla tras 19 jornadas, en la dinámica más baja en comparación con los 4 cursos anteriores desde el descenso en el 2013, sin pasar del décimo puesto, más cerca del descenso, a solo tres puntos, más lejos de la promoción, a 9 ya, con menos victorias y con menos goles a favor que esos años… La temporada del Real Zaragoza es la más gris en esta tortuosa andadura por la mediocre Segunda que le ha tocado vivir, con 23 puntos, a 13 del líder Huesca y sin haber pisado nunca las ocho primeras plazas tras casi una vuelta consumida, ya que solo quedan dos encuentros para el ecuador.

Curiosamente, es también el curso donde más paciencia y más tranquilidad se está teniendo con el entrenador. A estas alturas, en los tres anteriores ya habían salido Luis Milla, en la jornada 11 de la 16-17 y sustituido por Raúl Agné, Popovic, en la 18 de la 15-16 para que llegara Lluís Carreras, y Víctor Muñoz, en la 14 de la 14-15 para dar paso a Popovic, mientras que en la 13-14 Paco Herrera ya había salvado en estos meses iniciales de competición algún que otro match ball.

Sin embargo, Natxo González, con peor puntuación que sus predecesores en Segunda y con solo 5 victorias, solo ha pasado alguna turbulencia tras los varapalos en Huesca y en Almería, sobre todo en este último. Después del bochorno en el estadio de los Juegos del Mediterráneo se fijó la Navidad como frontera para ver si el equipo se levantaba en 5 jornadas, de las que se han consumido 4, con un triunfo (Sporting de Gijón), dos empates (Reus y Albacete) y una derrota (Cádiz). Es decir, cinco puntos de 12 conseguidos, una gris reacción a falta del choque del martes en Valladolid, en consonancia con el oscuro curso que lleva el Zaragoza.

La temporada zaragocista es de permanencia ajustada si mantiene la actual dinámica (entre 50 y 51 puntos es su proyección actual). La campaña pasada, la peor de las precedentes, se quedó en 50. Lo más descorazonador es que, a estas alturas, en los cursos anteriores ya se había visto al equipo merodear por la zona alta, incluso llegó a ser líder al comienzo de la 16-17. Sin embargo, en lo que va de esta Liga, mirar la clasificación de Segunda ha sido deprimente para cualquier zaragocista. Ya es duro asimilar su continuada permanencia en la categoría de plata, pero verlo de forma perenne en el furgón de cola (llegó a ser décimo en las jornadas 9 y 10, su mejor situación) es toda una invitación a la desesperanza por mucho que el proyecto sea a largo plazo.

LAS REFERENCIAS ANTERIORES

La temporada pasada el Zaragoza de Milla arrancó como líder en las jornadas primera y tercera y llegó, tras el relevo por Agné, noveno a la jornada 19, con 27 puntos (7 victorias, 6 empates y 6 derrotas), con 6 de renta sobre el descenso, empatado con la promoción y a 13 del líder, un Levante que ya por entonces era un cohete hacia Primera. El equipo zaragocista estuvo 11 semanas entre los 8 primeros en esas 19 primeras citas del campeonato.

En la 15-16 estuvo hasta 12 jornadas entre los 8 mejores pese a que también vivió un cambio en el banquillo con la salida de Popovic. Llegaba a la jornada 19 con 28 puntos (7 triunfos, 7 empates y 5 derrotas), con la promoción a dos y el descenso y el liderato en idéntico margen: 8 puntos. Mientras, llevaba el Zaragoza 13 jornadas de 19 entre los ocho primeros en la 14-15 con Popovic ya instalado en lugar de Víctor Muñoz, con 28 puntos e idéntico balance que en la 15-16. La promoción estaba a dos puntos, el descenso a 9 y el liderato a 11. Ese curso, por cierto, se alcanzó al final el playoff de ascenso y se rozó el ascenso a Primera División en Las Palmas. En la 13-14 los números eran los más próximos a la actualidad, aunque algo mejores, con 26 puntos, siete victorias y solo cuatro jornadas entre los ocho primeros. Eso sí, la promoción solo estaba a dos puntos y el descenso, como ahora, a tres.