Fue más interesante la variante táctica que realizó Raúl Agné en el encuentro ante el Numancia que la alineación, bien esperada aunque hoy se preste a otras lecturas. Solo hubo un cambio respecto al partido ante el Nástic de Tarragona, pese a que el resultado aquel fue malo y las promesas del juego se quedaron en intenciones. Se generaron, es cierto, ocasiones suficientes como para que el marcador fuese otro. El fútbol, sin embargo, no fue parecido al último. Todavía dominados por la tendencia al pelotazo, el Zaragoza recorrió solo una parte del camino ese día. Lo hizo con 10 de los 11 hombres que ganaron al Numancia. Faltaba José Enrique, indiscutible en este equipo. Con el lateral de vuelta, parece que todo haya encajado para el entrenador.

Cayó el último Rolf Feltscher. Probablemente en el futuro tenga valor en batallas de aire diferente, sobre todo fuera de casa, como otros que parecieron llegar para tener un papel protagonista y en los últimos días no han cabido. De los cinco hombres llegados en el mercado de invierno, solo Sebastián Saja es titular.

Jesús Valentín, que fue incluso mediocentro un par de jornadas negras, en Tenerife y Murcia, no cabe hoy con Marcelo Silva, Cabrera y José Enrique en buen estado. Encontrará sus momentos como el venezolano, que puede adaptarse a cualquier posición de la zaga. Algo parecido pasa con Edu Bedia, que solo fue titular en la victoria de Huesca. Los problemas físicos le han alejado del fútbol, así que, hoy por hoy, está bien lejos del once. Qué decir de Samaras, cuya aportación no ha pasado de un cuarto de hora testimonial ante el Nástic. No está. Se le espera, pero quizá haya que esperar otro mes para que se parezca a lo que fue.

El pasado domingo, superada la traumática puesta en escena ante el Numancia, dio la impresión a buenos ratos de que el equipo se sentía más cómodo que nunca. Lo estuvo, de hecho, junto al choque de mitad de febrero contra el Levante, aquel día que Irureta perdió el partido. Entonces estaban Feltscher y Valentín porque faltaban José Enrique y Marcelo Silva. Nada más. Bueno, Agné seguía empecinado en aquel portero. De medio campo hacia arriba, lo mismo que ayer, que anteayer ante el Nástic, que en Alcorcón. Es decir, en los cuatro últimos partidos el técnico ha repetido los seis hombres que juegan más cerca del área rival.

Se puede pensar entonces que Agné ha encontrado un once. Sería magnífico para el Zaragoza, desde luego, que pudiese repetir futbolistas y sistemas en las próximas jornadas, sobre todo si insiste y le funciona la idea última, con Cani explorando todos los territorios en ataque y Xumetra cerca de Ángel. Es volver a empezar. Con el balón, claro.