En la notable temporada del Girona destacan varios futbolistas, de escaso nombre todos. Los recursos ofensivos de Mata o Sandaza, la fortaleza atrás de Lejeune, la capacidad en la portería de Becerra, el trabajo en la destrucción de Pere Pons, el equilibrio de Eloi... Sin embargo, la irrupción más fuerte es la de Álex Granell. A sus 26 años (Girona, 2-8-1988), el centrocampista zurdo ha logrado triunfar en su casa tras muchas aventuras en otros equipos.

Con 37 partidos (36 de titular) y 3.132 minutos, con cinco goles y diez asistencias, es el cerebro del juego del Girona, tanto por su capacidad en el desplazamiento de balón como en la asociación. Es el jugador clave en la estrategia y además está viendo puerta gracias a su buen golpeo con la pierna izquierda. Y, claro, su temporada no ha pasado desapercibida. Varios clubs de Primera ya le han tanteado, aunque es el Rayo el más interesado.

"Cuando venía a Montilivi, intentaba fijarme mucho en Albert Dorca, porque más o menos tenemos unas condiciones parecidas", ha dicho en más de una ocasión Granell, que tuvo que dejar la cantera del Girona en los cadetes para iniciar un tour por varios equipos que a otros jugadores habría desanimando. No a él. Farners, en Regional, Palafrugell, en Tercera, como Banyoles, Manlleu, Llagostera y Olot. Seis equipos entre el 2006 y el 2011, un extenso recorrido por el fútbol catalán. Oriol Alsina, director deportivo del Llagostera y su valedor, lo recuperó en el verano del 2012 para debutar en Segunda B en ese equipo y marcharse en enero al Cádiz junto a Raúl Agné. Un buen nivel, 19 partidos y dos goles a las órdenes del técnico aragonés no le dieron la continuidad un año más en el Cádiz y regresó a Cataluña, al Prat, con el que el curso pasado acabó bajando a Tercera.

No volvió a pisar esa categoría, porque Oriol Alsina, entonces director deportivo del Girona, recurrió a él antes de que el directivo se marchase del club para regresar al Llagostera. Se quedó en el Girona Granell, con un salario mínimo y con la idea de convencer a Pablo Machín, porque tenía papeletas de cesión.

Lo logró de cabo a rabo. Es fijo en la medular de Machín, junto a otros dos jugadores de la cantera del Girona, el también sorprendente Pere Pons y Eloi Amagat. Repite sin cesar Granell que ha tenido que ganarse el pan en muchos campos de Segunda B y Tercera. Ahora, está ya a un paso de jugar en la élite.