Esta vez no hubo sorpresa en el estadio Santiago Bernabéu y se cumplió el guión esperado. El Real Zaragoza cayó ayer ante el Real Madrid (3-1) tras un partido de dominio territorial blanco y en el que el cuadro aragonés, pese a adelantarse muy pronto en el marcador, no tuvo opciones de puntuar. Los madridistas remontaron en el inicio de la segunda parte el tanto marcado en los primeros instantes del choque por Ángel Lafita (m.10) y acabaron de un plumazo con el sueño del Zaragoza de lograr un resultado positivo en terreno del líder. Fue una derrota digna frente a un rival que se encuentra muy lejos de las posibilidades competitivas del colista. Pese a todo, el conjunto zaragocista no se encerró nunca atrás y buscó el contragolpe cuando tuvo la ocasión de hacerlo. El equipo al menos sigue dando mejores sensaciones que en la última etapa de Javier Aguirre.

Manolo Jiménez utilizó un equipo similar del que puso de inicio en juego en campo del Levante. Solo introdujo el cambio en el ataque de Carlos Aranda por Hélder Postiga, que estaba apercibido de suspensión por tarjetas y que luego entró al poco de iniciarse el segundo periodo en sustitución de Ruben Micael para acompañar a Aranda. Pero tácticamente, tras haber anunciado en la previa del encuentro que no iba a jugar con dos puntas, reforzó el centro del campo retrasando a Lafita a la parte izquierda de la zona medular. Además, el técnico andaluz colocó a Ruben Micael sobre Xabi Alonso para actuar de mediapunta y tratar de cerrar el paso al organizador de juego del rival. El Real Zaragoza aguantó bien con este planteamiento hasta el descanso.

BIEN COLOCADO El Zaragoza contuvo bien al Real Madrid en el primer periodo y supo adelantarse en el marcador por medio de Lafita en su primera llegada con peligro a la portería de Casillas, tras el saque de una falta. Los madridistas se encontraron con muchos problemas para superar el poblado centro del campo montado por Manolo Jiménez y para romper el orden mostrado por el conjunto zaragocista, aunque en jugadas individuales llegaron a inquietar a Roberto. Precisamente en una de esas acciones, Kaká puso el empate en el marcador poco después de cumplirse la primera media hora de juego, pero los pupilos de Jiménez no se vinieron abajo. Fue una pena que el cuadro aragonés no pudiera irse al descanso con ventaja en el marcador, porque el panorama hubiera sido diferente de cara al segundo periodo.

El inicio de la segunda parte fue tremendamente complicado para el Real Zaragoza, que no pudo sorportar la salida en tromba del Real Madrid. Los madridistas salieron decididos a resolver el encuentro y a los pocos minutos de reanudarse el juego ya habían puesto el 3-1 en el marcador con dos tantos de Cristiano Ronaldo y Ozil. Parecía que el sueño del Zaragoza tras haberse adelantado en el marcador podía acabar en goleada, pero los jugadores de Manolo Jiménez supieron reponerse e incluso tuvieron luego oportunidades para haber batido de nuevo a Iker Casillas. La ocasión más clara para hacerlo tuvo como protagonista a Hélder Postiga, pero el portero madridista evitó el segundo tanto zaragocista en un mano a mano con el delantero portugués. Después de encajar el tercer gol, el conjunto zaragocista supo tocar bien el balón en la zona medular y no pasó demasiados agobios.

La digna derrota sufrida en el estadio Santiago Bernabéu, aunque no suma puntos, debe servir para reforzar la moral de los jugadores del Real Zaragoza. Puntuar contra el Madrid siempre es harto complicado y más cuando se juega en su campo. Lo importante ahora es que sepan confirman el cambio de sensaciones que viene dando el equipo desde el partido contra el Getafe logrando una victoria frente al Rayo Vallecano, en La Romareda. En este partido ya no pueden fallar.