No está entre las virtudes de Jesús Valentín, que llevará el dorsal 22, la locuacidad. En su presentación como zaragocista, que congregó en La Romareda solo a una veintena de aficionados, aseguró estar listo para debutar el domingo con el Girona y, sobre todo, dejó claro que, tras pasar como profesional por Las Palmas y Huesca, el Zaragoza «es un paso adelante. Por supuesto que lo veo así. Por eso no me pensé dos veces cuando salió la oportunidad. Estoy muy orgulloso de venir y espero devolver la confianza que me han dado».

Valentín ya probó ayer con el peto junto a Cabrera en su primer entrenamiento como zaragocista, señal de que la baja de Marcelo Silva, el flojo nivel de Bagnack cuando jugó y el ostracismo de Popa le colocan como titular el domingo. «Si el míster lo requiere, yo estoy a tope», afirmó con rotundidad, añadiendo que se encontraba bien físicamente, ya que «en Navidad también hice mi trabajo y me siento bien».

Justificó con una sonrisa el cambio de look en su pelo rubio en una maldad de su peluquero y admitió la diferencia de presión en los objetivos entre el Huesca y el Zaragoza. «Nada más llegar me dijeron la presión que existe. Huesca es una ciudad pequeña y allí estaba cómodo, pero surgió esta posibilidad», reseñó el central tinerfeño, que tuvo en su paisano Ángel y en su excompañero Marcelo Silva, con el que coincidió en Las Palmas, a sus mejores anfitriones en el primer día: «Tengo una gran amistad con Marcelo y me ha hablado muy bien de todo el club».

También Agné le dio la bienvenida en su primer día. «Me dijo que tenía que trabajar duro y que aquí soy uno más». Ese trabajo duro en el día a día vendría a reforzar las cualidades de un defensa que, según su propia visión, es «un central fuerte, rápido y con buena salida de balón. Me siento más cómodo de central que de mediocentro», sentenció, para acabar sin querer hablar del objetivo del ascenso, algo que él vivió con Las Palmas. «Puede decirse que es la meta porque es un club histórico y quiere estar siempre arriba. Queremos acabar lo más alto posible y, si puede ser el ascenso, pues bienvenido sea».

Juliá, mientras, insistió en la polivalencia de Valentín, «porque ocupa la posición de central y a veces la de mediocentro. Nos da equilibrio y competencia a ambas posiciones. Y nos permite crecer». Dijo que su llegada ha sido una decisión consensuada con el entrenador y aclaró que no hay cláusula del miedo y podrá jugar contra el Huesca. Sobre su contrato, hasta 2019, añadió. «Tiene 25 años y capacidad para crecer y convertirse en un jugador que nos ayude ahora y en las temporadas venideras».