Con la mirada puesta en la primera plaza, que no degusta desde hace más de una década, saltará hoy el Real Zaragoza en la matinal de La Romareda ante el Valladolid. El conjunto zaragocista suma tres triunfos consecutivos al calor del hogar, frente a Alavés, Tenerife y Elche, y hoy aspira a coleccionar un cuarto, sellar un póker victorioso ante su gente que ratifique el buen momento del equipo, convertido en una roca que solo ha encajado un gol en los siete últimos encuentros. Con esa victoria y si el Córdoba no supera por la tarde al Huesca el Zaragoza se alzaría con el liderato de la categoría de plata. Aún quedaría mucho, claro que sí, puesto que se cumplirá la próxima jornada con el primer tercio de la cometición, pero esa conquista, que no tiene parangón en Segunda desde febrero del 2003, sería otra reafirmación más del buen momento que vive el conjunto que dirige Ranko Popovic.

El partido, marcado por los trágicos sucesos en París de la noche del viernes y que tendrá un minuto de silencio previo, es fundamental para un Zaragoza que, de ganar, puede dejar a nueve puntos al Valladolid, un rival directo por el ascenso y equipo al que el cambio de entrenador, de Gaizka Garitano a Miguel Ángel Portugal, no le ha eliminado ese aire depresivo que lleva desde el comienzo de curso. Con cuatro victorias y tres empates desde que el cambio de dibujo fue una realidad en Lugo, con 15 puntos de los últimos 21, el Zaragoza es ahora el equipo más en forma de Segunda.

A POR EL LIDERATO Es obvio que, dada la igualdad de la categoría, la derrota llegará en algún momento, pero hará bien el conjunto aragonés en estirar lo máximo posible esta dinámica positiva que le ha llevado a ocupar por primera vez desde que bajó una de las dos plazas de ascenso directo, la segunda, aunque ayer la perdiera de forma momentánea con el triunfo del Mirandés ante el Bilbao Athletic.

En ese ascenso el factor de La Romareda es vital. El Zaragoza solo subirá si se hace fuerte ante su gente. Comenzó el curso con dudas, con una victoria, ante el Almería sobre la bocina, y derrotas frente a Córdoba y Osasuna, que trajeron el peor momento de la temporada y que estuvieron a punto de costarle el puesto a Popovic. Sin embargo, con mucho más pragmatismo que fútbol, el Zaragoza, al que le sigue faltando mucho gol, como quedó ratificado en Mallorca, ha logrado sumar victorias sufridas con Alavés, por la mínima, Tenerife, con dos dianas de penalti, y Elche, quizá el triunfo más solvente de los tres.

Ahora, busca la cuarta consecutiva. La última vez que lo logró fue en Primera, en la recta final del curso 11-12 donde se firmó la salvación, mientras que en Segunda hay que viajar a la campaña 08-09, con Marcelino. De hecho, Popovic, que vive su mejor momento de resultados como entrenador zaragocista, se quedó en tres seguidas la temporada pasada. A ver si hoy rompe también esa barrera.

CAMBIOS OBLIGADOS El técnico serbio se verá obligado a hacer cambios en el once por las bajas de Bono, que aplaza su récord de imbatibilidad, y Vallejo, con Marruecos y la sub-21, y de Diamanka, lesionado. Vuelve Manu Herrera y debutará Olaortua en Segunda tras hacerlo ya en Copa. Pedro, Aria o Abraham tienen opciones de sustituir a Diamanka mientras que Marc Bertrán quizá aparezca en lugar de Isaac en el lateral. Además, Mario regresa a una citación tras muchos meses de baja, aunque no está más que para completar banquillo. Son, en todo caso, muchos cambios para un bloque tan consolidado, sin duda una prueba del fondo de armario de la plantilla. El partido, en ese sentido, tiene un claro componente de reválida para el grupo.

No tiene menos bajas el Valladolid, que tendrá bajo palos a Julio, meta del Promesas, por las bajas de Kepa, con la sub-21, y Varela, con esa selección en Portugal. Y tampoco tiene el técnico del cuadro pucelano a Mojica, con Colombia, y a los lesionados Óscar --para alivio del zaragocismo--, Alfaro y Erick Moreno.

El Valladolid llega justo a La Romareda y después de que Portugal no haya logrado, con una victoria mínima y dos empates, enderezar mucho el rumbo de la nave pucelana, un aspirante al ascenso que tiene mucho más cerca los billetes para bajar a Segunda B que los del regreso a la élite. Con todo, calidad no le falta al rival, que cuenta arriba con Rodri, de pasado zaragocista, y Manu del Moral o Villar para afilar sus garras en busca de un triunfo que desde Pucela también se juzga como clave para que La Romareda sea su particular punto de inflexión. Sin embargo, el Zaragoza quiere hacer valer de nuevo el valor de su hogar para abrazar el liderato.