El no del Getafe, la marcha atrás de Alberto, han abierto un problema inesperado en la portería del Real Zaragoza. Se contaba con el veterano guardameta catalán para ser titular esta temporada en La Romareda, pero los movimientos del mercado han dejado a Lalo Arantegui sin el cancerbero elegido para el proyecto 2018. Se busca ahora con cierta urgencia, se ha preguntado por posibilidades como la de Caro, del filial sevillista, y se contempla casi cualquier opción hasta el final de agosto. De momento, Natxo González se apresuró a mandar un mensaje de tranquilidad al zaragocismo, confianza para el portero que hoy en día es indiscutible. «En la portería no tenemos un problema, tenemos a Álvaro Ratón». No hay otro, desde luego, al menos desde el planteamiento con el que acabó la temporada. Ni se cuenta con Irureta ni con Alcolea. A ambos se les ha dicho que busquen su futuro en otro lugar. De momento no lo encuentran, ni el Zaragoza recibe ofertas.

Ratón tiene ventaja en la portería zaragocista desde el momento en que el Rayo Vallecano cerró el acuerdo con Alberto. La irá aumentando conforme pasen los días camino del estreno liguero, para el que queda un mes. El gallego llegó como complemento hace un año procedente del filial. No lo será esta vez. Como mucho competiría de frente por el pusto si el club lograra la contratación de un guardameta experimentado y de garantías. No parece sencillo. De hecho, Ratón (19 partidos) ya ganó la batalla a Irureta (17) y Saja (6) la pasada temporada, en la que acabó siendo titular indiscutible con César Láinez. «Es raro verle equivocarse», advertía el exguardameta, que ya lo impulsó al primer equipo desde el Aragón.

«Tiene margen para aprender», explicó el entrenador del filial, un futbolista con personalidad pese a su juventud (24 años). También lleva kilómetros de experiencia desde que abandonó la cantera del Deportivo de La Coruña en juveniles. Estuvo en el Montañés, el Arroyo, el Algeciras, el Real Betis B y el Villanovense después de abandonar la cantera del Deportivo de La Coruña en juveniles. «No me importa emigrar. Es algo que he hecho desde pequeño», dice el gallego, un portero alto (1,92 m.), sobrio, poco espectacular. Y seguro: «No me arrepiento de ninguna de mis decisiones. Ni de la primera ni de la última».

Natxo González ha renovado su confianza en la primera semana de la pretemporada. «No tengo por qué estar preocupado con Ratón después de la personalidad que demostró en el tramo final de la temporada. Tiene todo mi respeto», dijo el técnico, que lo contempla como una posibilidad bien real. También Ratón, bien consciente desde hace días del lugar al que le ha llevado el fútbol. «Soy consciente de que estoy en uno de los clubs más importantes de España».

Ratón no solo tiene la ventaja del tiempo. Además, cuenta con la experiencia de haber pasado los dos últimos años en la Ciudad Deportiva. Hace dos campañas fue titular indiscutible en el Aragón, con el que rozó el ascenso. El último curso fue 19 veces titular con el primer equipo y ya sabe qué se siente en la portería de La Romareda. «Es complicada, pero es bonita. Es especial», interpretó tras sus primeras experiencias. Tampoco dejó entonces dudas, con una explicación clavada a la realidad: «Se oye el runrún de la grada y a veces no ayuda, pero otras te sirve para mantenerte alerta».

Superado el periodo de iniciación, el gallego puede encontrarse con la responsabilidad de ser el guardameta habitual del Real Zaragoza. No es el veterano que se esperaba, sí un conocido que entiende con respeto y sensatez las señas del club aragonés. «Sé lo difícil que es jugar ahí, pero cuando veía a otros antes de debutar me daba mucha envidia», dice este meta que quiere mejorar «todo» y que no elude el reto. «Todos los que estamos aquí tenemos el mismo: subir a Primera División con el Real Zaragoza». De momento, el pasado y el presente dan la ventaja a Álvaro Ratón.