Solo dos victorias en los últimos doce partidos, cuatro jornadas sin ganar, tres puntos sobre el descenso, una pésima trayectoria en casa y, sobre todo, la sensación de una caída imparable y de un equipo que no arranca, con claras deficiencias estructurales cuando ya se ha consumido una vuelta entera de competición. Así y ante el Tenerife comienza la segunda etapa de la Liga, con la necesidad ineludible del Zaragoza de ganar y también para Natxo González, que tiene el crédito casi ya al límite. Una derrota le dejaría a expensas de una decisión que podría llegar si Lalo Arantegui, que de momento no ha querido romper la cuerda, considera agotado el vaso de la paciencia.

Por resultados, con 24 puntos en 21 citas, la destitución está justificada y también por sensaciones y fútbol, porque es palmario que el Zaragoza no ha logrado ni la regularidad ni la consistencia que quería Natxo ni que necesita para competir en zonas más tranquilas y, por supuesto, más ambiciosas de Segunda. Al técnico le han salvado hasta ahora la decidida apuesta de Lalo en él, los precedentes anteriores de destituciones y el hecho de que el proyecto sea más a largo plazo, a dos años como señaló el propio entrenador ayer y con el objetivo de subir. Ahora mismo, en este curso, la Primera parece una quimera. Y habrá que ver si los resultados le permiten al vitoriano completar esa meta de dos años.

UN CAMBIO O DOS

De momento, el técnico necesita ganar y su Zaragoza lo hace muy pocas veces, solo en 5 jornadas de las 21 disputadas y aún menos en casa, donde ha firmado 2 triunfos y 12 puntos en 10 citas. Si se pierde con el Tenerife, habría que ver el cómo se hace o si la paciencia se estiraría hasta el viernes en Granada. Pero es obvio que Natxo quedaría en una posición muy delicada.

Necesita el Zaragoza mejorar muchas cosas. Debe ser más eficaz en el área rival y no conceder tanto en la propia. No es poca cosa. Y necesita, también, ser más fuerte en casa. De todo eso se examina hoy. Para ese primer test de la segunda vuelta, que tiene que ser de sobresaliente según los parámetros de Natxo, que calificó como suficiente el primer tramo, el Zaragoza recupera a Borja Iglesias tras su lesión en el aductor y parece que no habrá el carrusel de cambios de las tres citas anteriores, con hasta 19 en tres encuentros. Lo más probable es que solo se dé la entrada de Borja por Vinícius con respecto al equipo que empató ante el Barça B. Lasure seguirá en el lateral zurdo y en la defensa no se esperan cambios. Tampoco llegarían en el trivote, en el 4-1-4-1, con Eguaras, como ancla, Guti y Ros. Con todo, Febas tiene alguna opción de entrar por Ros para hacer un dibujo más ofensivo. Mientras, Zapater, que ha arrastrado molestias y que ha perdido su condición de fijo, será suplente. En los costados, es seguro Papu y salvo sorpresa también Pombo.

Del Tenerife se asegura que es irregular y que pierde fuelle a domicilio, aunque viene de ganar en Albacete. Puede ser cierto, pero en la tabla lleva 5 puntos más que el Zaragoza. No es el equipo de Martí igual de fiable que el curso pasado, cuando jugó la promoción, y tiene bajas importantes (Longo, Cámara, Carlos Ruiz, Casadesús o Montañés). Pero es un rival difícil. Y, sobre todo, al Zaragoza le cuesta un mundo ganar a cualquiera. Que lo haga hoy y en urgencias...