No se entendieron esas tarjetas amarillas de la segunda parte del domingo. No parecieron normales entonces, mucho menos hoy, una vez confirmadas todas las ausencias para jugar en Ponferrada. En otras circunstancias, se diría que las cartulinas de Manu Lanzarote y Culio fueron torpes, aunque parecieran estudiadas. Ninguno de los dos protestó, se recuerda. No se contaba, claro, con aquella de Dorca, otro de los que estaba al borde de la suspensión; ni se pensó que la torsión de Hinestroza pasaría por ser algo más que un golpe. Faltó un recálculo de las previsiones. De tal forma que a Carreras se le han caído cuatro titulares: un central (Vallejo), un mediocentro (Dorca) y las dos bandas (Hinestroza y Lanzarote). Jugadores bien importantes todos a los que se debe buscar recambio, lo que puede afectar no solo a los nombres sino también a la disposición.

Se ha entendido, en líneas generales, que Javi Ros y Dongou fueron los dos mejores futbolistas del mejor partido del Zaragoza en La Romareda. No le pasaron desapercibidos a Carreras esos diez minutos de Valladolid, antes de la expulsión de Pedro, con el navarro cerca del camerunés, en los que el Zaragoza pareció un equipo estructurado, en orden y armonía natural. Así que repitió en la primera oportunidad que encontró, sacrificando incluso esa posición de mediocentro único de Erik Morán que tanto le gusta. Al jugador, se entiende. Y guardando a Ángel, con el que en principio se contaba, otra vez en el banquillo.

Pareció hallar el domingo el entrenador otro modo mejor, una estructura, unos hombres, seguramente el modelo más ajustado a la plantilla del momento. Por su consistencia, claro, sobre todo por su despliegue ofensivo. Jugó el Zaragoza bien durante un rato notable, dominó el partido en extensión, generó oportunidades por las bandas y en el fútbol largo. Destacó aquí Hinestroza, el extremo que ya sobresalió una semana antes en Zorrilla, con incursiones constantes por el ala izquierda. Había aparecido, por fin, el futbolista desequilibrante al que tanto se esperaba. Lo va a echar de menos el equipo, que no tiene otro hombre parecido, un jugador más individualista, capaz de saltarse líneas del equipo contrario con un cambio de ritmo. Podría ser Jaime, pero el manchego anda aún peleado con sus primeras molestias musculares tras superar la grave lesión de rodilla. Podría llegar más adelante, aún no está pese a que vuelva a entrenarse.

Tampoco estará en la otra banda Lanzarote, el sostén talentoso del equipo. Anímico también. En los malos momentos del segundo tiempo ante el Alcorcón, cuando el Zaragoza dudó, cuando le apretaron sus desconfianzas, fue el catalán el que azuzó a sus compañeros, el que gritó y estiró del equipo hasta que se fue en lo últimos minutos. Antes de irse, soltó el pisotón que lo liberaba del viaje a Ponferrada. Culio, que había salido poco antes por Hinestroza, lastimado desde la primera parte, se había buscado bien pronto su tarjeta en la banda izquierda.

Las alternativas

Así las cosas, Carreras tendrá que ocupar una banda con Pedro, de vuelta tras su sanción, y buscar un hombre apropiado para el otro flanco. Por ahí caben con cierta lógica Sergio Gil y Diamanka. Incluso Abraham en el caso de que no tenga que ocupar el lateral. Se sabe que uno de los recursos últimos del técnico ante la ausencia de centrales ha sido mover a Rico al medio y conceder a Minero su espacio natural. Sería así en el caso de que Cabrera no llegase. Pero el domingo, en principio, estará. Llegará con diez entrenamientos al nivel de sus compañeros.

Se abre la duda, no obstante, de la nueva inclinación de Carreras, al que se le abre un periodo de reflexión táctica. Si mantiene sistema y orden posicional, solo Tarsi parecería caber como mediocentro. Otra opción sería retrasar a Ros, sacarlo de la posición en la que rindió bien el domingo y buscar un acompañante a la espalda de Dongou. Podría ser incluso Ángel, al que Carreras ya ha considerado públicamente para esa posición. La otra alternativa sería recuperar el 4-1-4-1, con Morán como mediocentro único. Eso dejaría a Pedro en una banda, con Ros en su espacio anterior. Quedarían dos plazas que, en distribución natural, deberían ser para Diamanka y Gil. No hay más. O sí. Toca semana de rompecabezas.