Había pocas esperanzas puesta en que la lesión de Cezary Wilk no fuera una nueva rotura en la plastia de su rodilla derecha y la artroscopia que se le realizó ayer en la Clínica Fremap Majadahonda confirmó lo esperado, el diagnóstico previsto. Así, en la misma operación se llevó a cabo la reconstrucción de esa plastia y al polaco le esperan entre seis y ocho meses de baja.

Wilk, de 31 años y que llegó al Zaragoza en el verano del 2015, se rompió dos meses después, en octubre y en el partido en Montilivi, el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha, lo que le tuvo ocho meses de baja. El 27 de septiembre del año pasado tuvo que ser de nuevo intervenido para la reconstrucción de la plastia.

El jugador y el club han quedado en hablar tras la operación de ayer para ver la posibilidad de renovar un contrato que finaliza el 30 de junio. Y es que no se quiere dejar tirado al futbolista por parte del Zaragoza. La renovación planteada, eso sí, será acorde a las necesidades y economía del club. Es decir, por un año y con unos emolumentos que rondarían el mínimo salario profesional. Wilk, que desde su llegada ha sido ejemplo de profesionalidad y de comportamiento exquisito en el Zaragoza, emplazó al club a hablar una vez operado, pero ya conoce la intención de la SAD de que siga.