La tercera semana de Natxo González al mando del Real Zaragoza ha comenzado con varios cambios en la metodología de trabajo. El técnico vitoriano trata de fortalecer los lazos que unen a la plantilla y comenzar así a forjar las bases de un bloque obligado a permanecer unido ante las coyunturas de una competición tan larga como es la Segunda División. Desayunaron y comieron juntos, una dinámica que se va a repetir a lo largo de esta temporada.

El ambiente fraternal no choca con la incesante exigencia de Natxo González cuando hay un balón de fútbol sobre el terreno de juego. El entrenador del Real Zaragoza se muestra implacable durante sus sesiones de preparación y obliga a cada jugador a dar el máximo en función de su estado de forma. No tolera que se baje el ritmo, y no duda en elevar el tono para que sus pupilos sepan cuáles son los valores por los que debe destacar este equipo.

Dentro del grupo destaca el empuje y la fuerza de Alberto Zapater y Simone Grippo. El capitán ve el fútbol de forma diferente, vive por el escudo que porta con honor en su pecho. No duda en hacer una fuerte entrada a un compañero cuando le toca trabajar el apartado defensivo, siempre tendiendo la mano para ayudar a ponerlo en pie. Otra de las sorpresas en el ámbito defensivo es Grippo, el helvético está destacando por su fibrosa contundencia, no duda en salir con todo en la disputa del balón. Unas aptitudes que cada vez muestra con mayor regularidad.

La cantera también tuvo protagonismo en el entrenamiento matinal celebrado ayer en las inmediaciones de la carretera de Valencia. Raúl Guti ha dejado patente en diversas sesiones el desparpajo que le permite competir con los mayores. El centrocampista ha sido objetivo de los elogios de Natxo González por lo que está demostrando en pretemporada. Raúl formará parte del equipo de Láinez, que competirá en 2ªB. Por el momento, tiene complicado hacerse un hueco en la plantilla por la cantidad de jugadores que forman la medular, aunque su progresión estará bajo la atenta mirada del entrenador zaragocista, por si las circunstancias requieren de sus servicios con la primera plantilla. Álex Zalaya es otro integrante de la camada de futbolistas que han llegado al primer equipo desde el filial. El joven central zurdo es una de las piezas que maneja el cuerpo técnico del Real Zaragoza para complementar los engranajes del sistema defensivo, al que tanto tiempo y dedicación se está invirtiendo.