Ser del Real Zaragoza no se mide por la categoría en que esté el equipo. Ni por si el momento es bueno o es malo. Se valora por el sentimiento. Por eso la Peña Zaragocista de Utebo es un ejemplo de fomento del zaragocismo, de apoyo tanto en La Romareda como en los campos de España: en sus años de vida todavía no ha podido ver al conjunto aragonés en Primera División. «Nosotros solo queremos ver al Zaragoza, tanto si está en Primera como en Segunda», comentan los miembros de su junta directiva. De hecho, «si bajara a Segunda B, seguiríamos yendo igual», añaden. Por ejemplo, la peña lleva a cientos de niños y niñas al estadio municipal para fomentar el sentimiento zaragocista entre los más pequeños, colaboran en campañas de recogida de juguetes y cuando el banco de alimentos de Utebo necesita una mano, siempre están dispuestos a ayudar, entre otras muchas cosas.

Eso sí, aunque sean incondicionales, como demuestran sus 15 desplazamientos de esta temporada, los peñistas reconocen que no es la situación en la que querrían estar. Por ello, la salvación es el objetivo primordial para Jorge Uriel y luego «ya pensaríamos si hay opciones en el playoff. Hasta que vino Láinez todo apuntaba a que íbamos a sufrir a final de año, era necesario ese cambio en el banquillo y ahora con César parece que se ha rectificado el camino», añade. Lo mismo cree José Carlos Arié: «El objetivo es la salvación porque no creo que lleguemos a la promoción». Sin embargo, Juan Miguel Liñán, el presidente, afirma que «mientras que los puntos estén, todo es posible. Mi cabeza dice que hay que salvarse, pero mi corazón me dice que llegaremos al playoff porque estoy cansado de la Segunda División», agrega.

Los entrenadores

La llegada de Láinez ha avivado las ilusiones de la afición, perdidas anteriormente. Uriel cree que «es uno de los nuestros por el orgullo de echarle un par y coger el equipo. Le ha caído un marrón y le está saliendo bien». Arié se muestra tajante y afirma que «Láinez me gusta como entrenador», aunque mucha gente «no tenga buena opinión de él porque dicen que con el filial no lo ha hecho bien, pero poca gente ha ido a verles». De todos modos, hasta ahora «la dinámica era negativa y cambiar tres entrenadores en una temporada es demasiado», considera Uriel. «Los jugadores no estaban con Agné. La sensación es que antes no querían jugar y ahora sí», rebate Arié. Para Liñán, «ni Milla era tan bueno ni Agné tan malo», por lo que apunta hacia Narcís Juliá, exdirector deportivo del club, «ya que los jugadores que están ahora son los mismos». De todos modos, los tres coinciden en que es mejor no buscar responsables y animar al equipo en las jornadas que restan hasta el final de la Liga.

Por ello, de los 260 peñistas, 55 estarán presentes esta tarde en Miranda de Ebro y, que en Anduva «vayan a estar más de mil personas viendo cómo estamos sufriendo con la clasificación esta temporada es digno de reconocimiento. Todo el año ha habido gente fuera de casa, sean uno, diez o mil», afirma Uriel. Ese es el sentimiento zaragocista, el que por más que duela, siempre está.