El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol descartó ayer la posibilidad de clausurar el estadio de La Romareda y decidió imponer una multa de 9.000 euros al Real Zaragoza por los gritos racistas dirigidos por una parte de la afición local a Samuel Etoo, que hizo amago de retirarse del terreno de juego en el partido disputado el pasado sábado contra el FC Barcelona. Hasta el momento nunca se ha cerrado en España un campo por hechos de este tipo. La Romareda estaba apercibida de cierre, pero por lanzamiento de objetos al terreno de juego en el encuentro disputado a mediados de enero frente al Atlético de Madrid.

"Hemos bajarado la opción de clausurar el campo, pero la verdad es que ha quedado descartada enseguida", afirmó Alfredo Flórez, presidente del Comité de Competición. Flórez añadió que se habían aplicado los mismos artículos de los Estatutos de la FEF que en otros casos similares para castigar incidentes de este tipo: "Se ha seguido el mismo criterio sancionador que en otros casos de este tipo, aunque en esta ocasión había tenido más repercusión por haber parado el árbitro el juego durante algunos minutos y haberse dirigido al delegado de campo para solicitar por megafonía que no se repitieran los gritos simiescos. Fueron hechos reiterados y, además, con bastante participación de la gente".

La sanción impuesta por el Comité de Competición de la FEF fue atenuada en parte por el pliego de alegaciones y la prueba videografica que presentó el Real Zaragoza en el último momento. En ese escrito, el club aragonés argumenta en su defensa que Samuel Etoo "adoptó en algún momento una actitud provocativa hacia el público y que eso también pudo ayudar a promover los gritos racistas que se produjeron en su contra". El Zaragoza, de todos modos, deja patente igualmente en sus alegaciones su absoluta repudia a cualquier manifestación o acto de tipo xenófobo o racista. "Esto y la buena disposición del club también ha influido en nuestra decisión final", dijo Alfredo Flórez.

BUSCAR A LOS CULPABLES Además, el Real Zaragoza se ha comprometido también a poner todos los medios a su disposición para tratar de identificar a las personas que insultaron al delantero azulgrana con el fin de sancionarlos y excluirlos de su masa social en el caso de que sean abonados del club. El objetivo de los responsables de la entidad es que no vuelvan a repetirse hechos como el sucedido con Samuel Etoo y erradicar cualquier brote de ellos. "Sigue adelante la investigación que hemos iniciado y, si llegamos a identificar a algunos de los espectadores o individuos que comenzaron los incidentes del pasado sábado, actuaremos con la máxima firmeza contra ellos. Nosotros reprobamos y condenados cualquier brote xenófobo o racista. Hechos de este tipo son muy desagradables", afirmó Francisco Checa, secretario general de la entidad zaragocista.

El Zaragoza, tras descartar el Comité de Competición de la Federación Española el cierre del estadio de La Romareda, podía haber sido sancionado con una multa que oscilaba entre los 6.000 y 18.000 euros por ser reincidente. En el partido de Liga contra el Betis tuvo una sanción económica de 600 euros por haber indicado el colegiado Velasco Carballo en el acta que había oído gritos racistas contra el brasileño Robert.

RECURSO A APELACIÓN El Real Zaragoza, independientemente de su repulsa al racismo y la xenofobia, recurrirá la sanción del Comité de Competición ante Apelación para intentar rebajar la cuantía de la multa. El Zaragoza basará principalmente su defensa en el voto particular que incluyó en el dictamem de ayer Miguel Cardenal, uno de los tres miembros de Competición, quien indica que el incidente de La Romareda debería ser calificado como "grave" y que por eso la multa más elevada es de 3.005 euros.