El alcalde de Ëpila, Jesús Bazán, volvió a experimentar la tradición que vive el municipio todos los Jueves Santo. Desde 1663 se otorga al primer edil del pueblo el privilegio de guardar las llaves de las santísimas formas que se reparten en el acto litúrgico de hoy. No puede abandonar su casa mientras vela las llaves hasta que en la mañana de hoy, el párroco y demás autoridades van a buscarlas.