A estas alturas de Semana Santa, les voy a confesar que ya no sé ni en qué día me hallo, porque, como entenderán, para que ustedes lean estas líneas tal día como hoy, las he tenido que escribir tal día como ayer y, al final, ayer, hoy y mañana se me lían y ya no me aclaro si lo que ronda por mi cabeza es lo que veremos esta misma tarde o mañana por la tarde. Así que déjenme que me centre... veamos... hoy es miércoles... entonces lo tengo claro, Miércoles Santo es día de Encuentro.

Hay momentos que marcan historia, y en nuestra Semana Santa cada día tiene, como poco, uno de esos momentos históricos. En un tiempo tan convulso como el que vivimos, con guerras, enemistades, dimes y diretes entre políticos de uno y otro signo, una sociedad enfrentada por intereses partidistas, económicos, sectarios, ideológicos, incluso me atrevería a decir, gastronómicos... que en una sociedad así, decía, se den momentos de encuentro, de hermandad, de comunión... siempre es de agradecer. Hoy Jesús Camino del Calvario y la Dolorosa nos brindan uno de esos momentos de encuentro. Tras recorrer por separado las calles del centro se juntarán en la plaza del Pilar, lugar de encuentro de esta santa ciudad.

Un poquito antes de encontrarse, se habrán cruzado con la Cofradía del Ecce Homo, que este año nos regalará la preciosa imagen de su paso bajo el arco del Dean. Seguro que a más de uno se le representará en la mente una visión cuasi medieval, con los cofrades vestidos de negro, sus matracas al viento y la gótica talla del Cristo bajo la tenue luz de unas farolas. ¡Señores, yo no me lo pierdo!

Tras el recorrido más largo de nuestra Semana Santa, desde el barrio de Miralbueno, la Cofradía de las Negaciones llegará, entrada la madrugada, a San Cayetano. Un aviso parroquial, si quieren contemplar el paso de Jesús de la Soledad ante las negaciones de San Pedro, que este año incorpora la figura de San Pedro y el gallo, en su esfuerzo por completar el misterio de ese momento pasional, tendrá que visitarlo mañana en la iglesia de San Pablo, donde quedará expuesto junto con los pasos del Silencio y las Esclavas. De nuevo, un momento de encuentro, el que han realizado la hermana mayor del Silencio, el párroco y la benjamina de las cofradías zaragozanas.

No se encontrarán, no porque no quieran, sino porque es imposible plegar Zaragoza y que estas dos cofradías se encuentren, porque una procesionará por el barrio Oliver, como es el caso de la Llegada de Jesús al Calvario y la otra por la zona de la Magdalena y el Boterón, la Humildad. Cada una con sus estilos, sus peculiaridades y su forma de ver y entender la Semana Santa, a la vez enriqueciéndola y engrandeciéndola.

Dejo para el final, pero no por menospreciar, sino porque alguien tiene que cerrar el artículo, a la cofradía de la Humillación, esta vez con su Virgen de la Amargura, sencilla, bonita y la única de Zaragoza que viste al estilo castellano... encuéntrense con ella por esas callecitas estrechas tras la iglesia de San Gil. No hace falta que me agradezcan el consejo.

*Coordinador de Ámbito Cofrade