Los más lamineros tienen excusa y por partida doble porque tras los días de ayuno y abstinencia propios de la Cuaresma llega la Pascua y con ella las tradicionales monas, cada vez más suculentas con figuras de todo tipo y un rico chocolate al que muy pocos pueden resistirse.

Las tradicionales, compuestas por una torta coronadas por un huevo duro, tienen que competir con las figuras de Disney, La Patrulla Canina o los simpáticos robots de la saga de Star Wars, R2D2 y BB14. Este año se han unido a los escaparates las muñecas Waldorf, sin ojos ni caras pero que son todo un atractivo para los más pequeños. Un pastelero no se puede olvidar del deporte rey y los escudos del Barcelona y del Real Madrid serigrafiados en las monas siguen siendo de los más vendidos.

La tradición dice que deben ser los padrinos los que sorprendan el Domingo de Pascua a sus ahijados con una mona y muchos acuden a los establecimientos con peticiones concretas. Desde la zaragozana pastelería Sorroche explican que cada vez se hacen más encargos «personalizados». «Hemos tenido encargos hasta del Fórmula 1 de Fernando Alonso». Incluso, los hay que hacen un montaje con fotos y luego piden que se reproduzca en el dulce. Desde esta pastelería admiten que esta Pascua se han vendido más monas que en los años anteriores. «No sabemos el motivo, quizá la gente está más alegre», bromea. Los dulces pueden variar entre los 11 y los 50 euros, unos precios que nada tienen que ver con los de las grandes superficies donde se pueden encontrar por menos de 5. «La gente valora más lo artesanal y eso nos está salvando», añaden.