Las siempre controvertidas aportaciones de la industria farmacéutica al colectivo médico han dejado de ser tabú. Los laboratorios han dado un paso inédito hacia la transparencia al publicar la lista de sus pagos a facultativos y organizaciones sanitarias en España durante el 2015, que suman una cantidad total de 496 millones de euros, según la suma divulgada por la patronal Farmaindustria.

Farmaindustria detalló en una nota hecha pública ayer que la mayor aportación, 190 millones, corresponde a contratos con profesionales y organizaciones sanitarias para llevar a cabo proyectos de I+D. Otros 119 millones se destinaron a dietas, vuelos y hoteles para que los médicos pudieran participar en congresos científicos y otras actividades profesionales. 66 millones más se gastaron en la organización de estos eventos.

A estas cantidades hay que sumar 88 millones por la prestación de servicios profesionales a los laboratorios (asesorías, comités científicos) y 33 por donaciones a organizaciones sanitarias. Ni las donaciones ni los regalos a médicos están permitidas por el Código de Buenas Prácticas adoptado voluntariamente por el sector. El mismo documento establece que las aportaciones económicas no pueden constituir un incentivo para "la recomendación, prescripción, compra, suministro, venta o administración de medicamentos".

A partir de ahora, cada mes de junio se publicarán las colaboraciones llevadas a cabo el año anterior. Los nombres de los médicos beneficiarios de los pagos solo se publican si estos lo autorizan, lo que ha hecho que no sean muchos los que aparecen en las listas. Los que aparecen, sin embargo están al alcance de cualquier ciudadano. Solo hay que bucear en las web de cada laboratorio para encontrarlos. A partir del 2017, este dato será obligatorio y ningún profesional se podrá negar.

El dato más buscado de los colgados en las páginas web de los laboratorios son las aportaciones económicas de Gilead, la farmacéutica propietaria del revolucionario y carísimo Sovaldi, el fármaco contra la hepatitis C.

En más de una ocasión, durante la negociación para la adquisición de ese fármaco por parte de la sanidad pública, desde el Gobierno se aventó la idea de que detrás de la reivindicación de los enfermos y de algunos colectivos médicos para que se hiciera frente al enorme gasto estaban los manejos de los laboratorios.

Los exhaustivos datos publicados por Gilead son estos: La asociación de enfermos que lideró la protestas, la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C, no percibió ninguna donación. Sí aparece en el listado la Asociación Española para el Estudio del Hígado, representa a los hepatólogos más prestigiosos de España y que recibió en el 2015 un total de 72.250 euros, de los cuales 42.000 fueron como donaciones y 30.250 como "colaboraciones, patrocinios para la gestión de eventos". La Federación Nacional de Enfermos y Transplantados Hepáticos recibió 21.000 euros, según Gilead en tres partidas concretas, dedicadas a un programa de formación de educadores del virus de la hepatitis, el Congreso nacional de personas que viven con la hepatitis y un proyecto para la detección temprana de la hepatitis C en prisiones.

INICIATIVA EUROPEA

Farmaindustria sostiene que "la interacción entre industria farmacéutica y organizaciones y profesionales sanitarios es fundamental para la investigación de nuevos medicamentos". "La colaboración genera un círculo virtuoso donde todos ganan: puesto que actualizan y mejoran sus conocimientos sobre medicamentos; la industria, que se beneficia de la experiencia clínica y científica de los sanitarios; el sistema sanitario y los pacientes", añade la patronal. La iniciativa forma parte del Código de Buenas Prácticas adoptado por los laboratorios a escala europea. Para Farmaindustria, el hecho "no tiene precedentes" en cualquier otra industria europea.