Los técnicos de la comisión de investigación describen en su informe el comportamiento del avión durante el fatídico despegue del MD-82. Unos hechos que coinciden con las declaraciones de algunos de los supervivientes cuando relataron a la Guardia Civil los movimientos que sintieron desde sus asientos, situados en la parte delantera del aparato. El avión apenas se elevó "40 pies 12 metros del suelo".

Durante su trayectoria en el aire, el avión "alabeó a la izquierda", después a la derecha, unos 20 grados, nuevamente a la izquierda, y un nuevo alabeo a la derecha, esta vez brusco, de 32 grados. Ese fue el momento en que, casi de manera simultánea, se produjo la colisión contra el suelo del cono de cola del avión y del ala derecha. Con otras palabras, Leandro Ortega Peña, superviviente del asiento 2E, declaró a los agentes de la Guardia Civil: "Inmediatamente después noté cómo el avión tomó más potencia y empezó a dar bandazos de derecha a izquierda, cada vez más fuertes, cada vez más rápidos que el primero. Los bandazos eran pronunciados ya que por la ventanilla podía ver la pista y después el cielo, pista y cielo, y así en varias ocasiones".

El avión, añade el informe, rodó 448 metros hasta llegar al extremo lateral de la franja. "Perdió el contacto con el suelo al alcanzar un terraplén" y siguió desplazándose por un terreno irregular que bajaba hasta el cauce del arroyo de la Vega. El incendio arrasó 12 hectáreas. El punto más alejado en el que se hallaron restos fue a 1.093 metros.