El frío se sigue cobrando víctimas entre los refugiados alojados en campamentos griegos. En la última semana, tres hombres han muerto en el centro de detención de Moria, en la isla de Lesbos, y al menos dos de ellos presentaban dolencias relacionadas con las bajas temperaturas.

Este pasado lunes falleció un joven pakistaní de unos 20 años, mientras que el día 28 pereció un ciudadano sirio de 46 años y, el 24 de enero, un egipcio de 22. En el caso de este último, sus órganos fueron enviados a Atenas para realizar un análisis más detallado que permita determinar las causas de la muerte, según voluntarios que trabajan sobre el terreno. En cuanto al sirio y el pakistaní, las informaciones médicas preliminares apuntan a que las muertes se debieron a una intoxicación por inhalación de monóxido de carbono desprendido por las precarias estufas encendidas dentro de las tiendas en las que se alojaban para calentarse debido al frío del invierno. Según la agencia de noticias estatal ANA-MPA, «se ha solicitado una prueba toxicológica e histológica para examinar la posibilidad de envenenamiento por humo u otros gases».

El ministro griego de Migración, Yiannis Mouzalas, reaccionó el lunes a esta semana negra pidiendo «investigar rápidamente las causas de las muertes en Moria y actuar para hacer la situación más manejable».