Han pasado más de dos meses desde que el misionero Andrés Pajares falleciera en Madrid por el virus del ébola y, finalmente, los gobiernos de la UE empiezan a avanzar. Los jefes de la diplomacia europeos esbozaron ayer en Luxemburgo un plan para combatir esta epidemia en África occidental que contempla la necesidad de reforzar el personal sanitario desplegado sobre el terreno, garantías de repatriación inmediata para los trabajadores que resulten contagiados y el nombramiento de un coordinador encargado de garantizar que las medidas a escala europea sean eficaces. Alemania animó incluso a enviar una misión de cascos blancos a los países afectados.

"Deberíamos contemplar el envío de un mayor número de misiones civiles de la UE. Esto permitiría ofrecer a los estados de África occidental sin estructuras médicas adecuadas una plataforma médica", defendió el titular de Exteriores germano, Frank-Walter Steinmeier, que recibió el apoyo de su colega español, José Manuel García-Margallo. Las conclusiones subrayan la importancia de crear una lista de reserva con expertos sanitarios de los estados miembros, de carácter voluntario, que podrían ser enviados de forma urgente en caso de crisis. Una petición a la que acompaña un compromiso firme de la UE de que habrá repatriación inmediata en caso de contagio, que estará gestionada por el centro europeo de coordinación y será financiadas al cien por cien por el presupuesto comunitario. Mientras, Margallo ofreció a sus socios la posibilidad de utilizar los aeropuertos españoles aunque "caso por caso" y en función "de las condiciones de seguridad".