Cerca de 10 millones de personas morirán cada año por resistencia a los antibióticos a partir del 2050, según indicaron expertos de la Unión Europea (UE) que participan en un encuentro celebrado en Argentina con el objetivo de concienciar sobre esta situación.

Al igual que los seres humanos se han adaptado a los antiguos medicamentos y necesitan nuevas moléculas para afrontar sus actuales enfermedades, las bacterias que anidan en la piel o viven en el tubo digestivo de los humanos -muchas veces con finalidad defensiva- han adquirido una gran capacidad para defenderse de los antibióticos y sobrevivir. Eso son las resistencias.

«La resistencia a los antimicrobianos se ha convertido en una amenaza real para la salud mundial, ya que muchas infecciones comunes están provocadas por bacterias que resisten a los medicamentos utilizados para su tratamiento, generando enfermedades y muertes», señala un comunicado de la UE. En la actualidd, la resistencia a los antibióticos causa la muerte a unas 700.000 personas cada año.

Entre las razones que explican esta situación se encuentra la administración sistemática de antibióticos a las vacas y terneras de consumo humano, medida que adoptan los ganaderos para evitar que los animales enfermen y quede perjudicada su venta posterior. El tratamiento animal crea una cadena de transmisión que llega al ser humano a través de la carne. El consumo excesivo de antibióticos a través de la automedicación, y la consiguiente resistencia humana a los mismos, dan lugar a que muchos de esos fármacos no se puedan utilizar cuando un enfermo es hospitalizado con alguna patología infecciosa grave que requiere intervención antibiótica. Nunca se debe recurrir a un antibiótico cuando hay infeccióm vírica, por ejemplo ante una gripe, ya que esos fármacos no pueden combatir los virus.