Cuando los telespectadores españoles vivían al borde de un ataque de epilepsia por culpa del frenético zoom de Valerio Lazarov, Amanda Lear popularizó llenapistas como Follow me y Enigma. Se acercaban los cardados años 80 y Lear (Hong Kong, 1948) llevaba más de una década frecuentando Barcelona y Cadaqués de la mano de su "padre, amante, hermano y maestro" Salvador Dalí. "Sí, fui la amante de Dalí con el permiso de Gala. Ella autorizó nuestra relación", explicó ayer la musa transexual del pintor de Figueres durante la presentación de su libro Mon Dalí, en el Hotel Ritz.

Lear conoció al genio de la autopromoción en una discoteca parisina en 1965 mientras desfilaba para Paco Rabanne. "El se quedó extasiado por la belleza de mi esqueleto", desveló la exmodelo y actual actriz de doblaje (es la voz italiana y francesa de Edna Moda, de Los Increíbles ). Ambos encontraron en el otro un alma gemela y al perfecto compañero de romerías. "Conocí muy bien al Dalí íntimo. A ése que no tiene nada que ver con los escándalos que escriben ahora sobre él. Por eso quiero revindicarlo con este libro", dijo para justificar su peculiar aportación al Año Dalí.

LENGUA AFILADA Lear, con los años y el esmero de los mejores cirujanos ha aparcado las maneras de cazamarineros, pero conserva intacto el filo de la lengua. "Todo el mundo se cree con derecho a escribir libros sobre Dalí porque se lo cruzó en el ascensor o porque le cortó tres pelos", lanzó a modo de latigazo.

El volumen --una ampliación de un libro publicado poco antes de la muerte del pintor-- recoge momentos de intimidad compartidos entre el artista y su musa. "No daré detalles sobre mi relación amorosa con Dalí porque no aportaría nada, pero él mentía cuando decía que era impotente. Lo hacía para que las jovencitas posasen desnudas", reveló Lear.

Amanda tras pasar la exigente criba de Gala --"ella le ahuyentaba los parásitos", aseguró-- contó con una habitación propia en el hogar ampurdanés de la pareja. "También fui a Nueva York. Gala me enviaba el dinero para el billete porque Dalí decía que no quería pagar por tenerme a su lado", explicó.

Dalí y Lear se alojaron a menudo en el mismo hotel que ayer sirvió de escenario para la evocación de la exmodelo. Una noche, en el baño romano de su suite, el pintor hizo que una veintena de chicos se desnudasen. Dalí quería ser testigo del ritual de conquista de su compinche sexual. "Me encantaría que Pedro Almodóvar dirigiese una adaptación de nuestra historia con Antonio Banderas haciendo de Dalí ", soltó a modo de deseo para el año nuevo.

La película, sin embargo, acabaría mal. "Me parece una tragedia que Dalí esté enterrado en el museo de Figueras y no en el castillo de Púbol junto a Gala", lamentó.