Ingeniero de electrónica y doctor ingeniero en telecomunicaciones, Andreu Veà (Sant Feliu de Guíxols, Gerona, 1969) es cofundador y presidente del capítulo español de la Internet Society y embajador de España para la agenda digital de la Comisión Europea (profesional independiente delegado por cada país ante la Comisión para impulsar el uso de internet en administraciones y empresas y entre los ciudadanos). Lleva toda la vida vinculado a la red de redes, de la que además es biógrafo. Hace 20 años que recopila los testimonios de los pioneros que crearon internet, una pequeña parte de los cuales (320 entrevistas) ha reunido en el libro Cómo creamos internet, publicado en el 2013 y que desmiente muchos tópicos, como los orígenes militares de la red.

--¿Precisa internet una Constitución?--Internet ha estado desde sus orígenes regida por los ingenieros y eso es algo que ha puesto muy nerviosos a los gobiernos. En Brasil crearon un comité gestor de internet con gente de la universidad, expertos que asesoran al Gobierno, empresas de internet y miembros de la sociedad civil, pero más que una Constitución crearon un decálogo. La idea de hacerlo en Europa surgió de Andrea Beccalli, de la ICANN, el organismo que gestiona la parte técnica de la red, que la impulsó en Italia y España, esperando que en el norte le hicieran caso. En Italia la han llevado a término y aquí no ha prosperado.

--Una Constitución se hace como marco para más leyes. ¿Quién redactará las leyes de internet?--Si haces una cosa muy mínima será un decálogo, pero si elaboras en exceso entra la ideología y las cuestiones locales, y no irá a ningún sitio. Una Constitución debe de ser global porque en lo que estamos todos de acuerdo son pocas cosas y básicamente es el protocolo de internet: que la red es tonta y que la inteligencia está en los usuarios. Lo mejor sería que lo hiciera la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU), que es el organismo de la ONU para telecomunicaciones, en el que figuran solo gobiernos. Otra cuestión será quién lo va a hacer cumplir después.

--¿Internet es aún el espacio libre que todo el mundo quería?--Ya no. Los pioneros de internet tienen la preocupación de qué ocurrirá cuando no haya una única red sino muchas. En China ya tienen la suya. Las operadoras están construyendo sus redes para dar sus contenidos preferentes a sus clientes, ya no son contenidos de todos a los que cualquiera accede casi gratis. Por eso es importante la neutralidad de la red, para no construir jardines cerrados. En Europa se empezó bien en preservarla pero se está torciendo.

--¿Se puede seguir dependiendo de la autorregulación?--Hay una autorregulación clara, pero luego hay otra externa a internet. Las iniciativas reguladoras que surgen están descoordinadas. Cuando los políticos se han puesto a regular, o no ha servido de nada o ha perjudicado a quien se quería proteger. Es el caso de la legislación contra el spam o la ley de cookies. Si eres europeo y no cumples con la normativa, multa, pero desde Argentina, por ejemplo, te pueden enviar lo que quieran. Acaba dando ventaja a las empresas de fuera. En EEUU esto no se haría.

cookies

--En EEUU ya hay peticiones para implantar el derecho al olvido digital.--Si en California lo adoptaran, ya estaría bien, porque allí residen todas las grandes empresas de internet, pero los lobis son muy fuertes. Para empresas como Google, asegurar el derecho al olvido tiene un coste elevado porque han de poner personas a filtrar las peticiones y han de hacer de jueces, cuando es un papel que deberían ejercer las administraciones.

--La Constitución de internet quiere que las máquinas decidan sobre las personas.--Todavía hay cosas que han de hacer los humanos. Y eso que Google está despoblando las universidades de expertos en inteligencia artificial.

--¿Será factible mantener el derecho sobre la imagen digital?--Como dice Vinton Cerf, la privacidad es una anomalía de los últimos 250 años. En los pueblos todo el mundo sabía todo de todos. Son las ciudades las que nos hacen tener una falsa idea de intimidad. Pero eso ha durado lo que ha tardado en aparecer el mundo digital, que nos ha devuelto al pueblo sin movernos de la ciudad. Lo peor son los padres, que no están preparados para enseñar a sus hijos cómo moverse en internet. En España sigue habiendo casi un 30% de población que no quiere saber nada de internet.

--¿Cómo ha cambiado el móvil nuestra percepción de internet?--Hablamos de teléfonos inteligentes y como mucho podríamos hablar de teléfonos espabilados. De momento, vemos internet más pequeña. Las páginas web están pensadas para ser grandes, interactivas y multimedios, y abiertas para cualquier dispositivo. Y eso es un problema cuando ya había unos estándares aceptados. En los móviles hemos vuelto a los sistemas cerrados por culpa de las apps. Si cambias de sistema operativo, pierdes todas tus apps.

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--Y las fotos y los contactos. ¿Quién preserva la memoria?--Hay una oportunidad industrial con las copias de seguridad (

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