El Juzgado de Menores número 1 de Barcelona ha condenado a un año de internamiento a dos menores por agredir sexualmente a una vecina de Vilanova i la Geltrú la noche del baile del Vidalot del Carnaval del 2017. Según la sentencia, a la que ha tenido acceso la ACN, el magistrado considera probada la agresión sexual y también un delito de lesiones. Aparte del año de internamiento, el juez ha dictado un año de libertad vigilada por los dos acusados, uno de los cuales ya ha alcanzado la mayoría de edad.

Los hechos ocurrieron de madrugada cerca de la plaza de la Vila de Vilanova, cuando la víctima se separó unos momentos del grupo de amigos con los que iba. Fue entonces cuando la asaltaron los dos condenados y una tercera persona que no ha podido ser identificada -inicialmente la Policía Local había señalado a un hombre como tercer autor de los hechos, pero finalmente no había tenido relación-. Durante el juicio, los dos procesados aseguraron que no conocían al tercer individuo, que a estas alturas sigue sin ser identificado.

"Claridad y coherencia" de la víctima

El juez asegura que el relato de la víctima es del todo válido, porque no había ninguna relación directa entre la mujer y los agresores que pudiera derivar en alguna denuncia por "resentimiento o enemistad", al tiempo que el magistrado también destaca la "claridad y coherencia "del relato de los hechos en el momento de la denuncia, a lo largo de la investigación y también del juicio.

El magistrado relata que los tres jóvenes la desnudaron a la fuerza, desabrochándole la chaqueta y bajándole los pantalones, y asegura que actuaban los tres de forma similar, agrediéndola "por turnos", mientras ella no se podía mover, tanto por la actitud de los agresores como por el estado de 'shock' en que se encontraba.

Al mismo tiempo, el juez apunta que uno de los jóvenes bromeó sobre la resistencia de la chica y explica que, a pesar de le quitaron la ropa interior, no le tocaron los genitales porque se fueron los tres de forma "súbita", probablemente porque se acercaba alguien al lugar de los hechos, señala la sentència.

La sentencia constata que la víctima está recibiendo tratamiento psicológico, ya que los hechos le han afectado a la vida diaria, provocándole "miedo y angustia cuando, a determinadas horas, se cruza por la calle con personas de características físicas similares a la de los jóve