La igualdad de sexos ha llegado a los nombres. El apellido del padre dejará de primar ante el de la madre a la hora de inscribir a un hijo recién nacido a partir del 30 de junio en toda España. Ese día entrará en vigor una reforma del Registro Civil que exigirá a los padres un mutuo acuerdo en el orden de los apellidos de los vástagos.

Las familias ya podían inscribir al niño con el apellido de la madre en primer lugar desde el 2000, pero para ello los padres debían enviar una solicitud al juez encargado del Registro Civil y una declaración de mutuo acuerdo sobre el cambio en el orden de los nombres. Era una variación que afectaba por igual a todos los hijos de la pareja. En caso de no existir consenso, se daba preferencia por defecto al apellido paterno.

Con la entrada en vigor de la nueva ley (y aquí está la novedad), desaparecerá la opción por defecto y los padres deberán constar expresamente el orden de apellidos en la solicitud de inscripción en el Registro Civil. Es por eso que esta reforma supone un paso más en el largo recorrido por la igualdad entre hombres y mujeres.

Hoy por hoy, la mayor parte de los españoles llevan primero el apellido del padre y después el de la madre. La familia de Laia Miró es uno de los pocos casos en que los niños llevan primero el materno y después el paterno. Se llaman Blai y Aimat Miró Caño, de ocho y cinco años respectivamente. «Toda mi vida pensé que, si tenía hijos, llevarían primero mi apellido. Para mí es una cuestión de justicia, ya que somos las mujeres quienes los llevamos nueve meses en el vientre», sostiene Miró.

Sistema «injusto»

También afirma que su pareja, David Caño, lo entendió sin problemas en cuanto se lo explicó. «Considero injusto que los niños lleven por sistema el apellido del padre primero. Es una muestra más de que las mujeres estamos históricamente relegadas a un segundo plano», opina. La Dirección General de los Registros y del Notariado del Ministerio de Justicia prevé que, tras la entrada en vigor de la reforma, existirá en la mayoría de los casos un acuerdo entre el padre y la madre en el orden de los apellidos, por tanto no espera retrasos ni un mayor volumen de trabajo. «Cuando nació Mei [nombre de origen japonés], la gente me preguntaba por qué le había cambiado el apellido y puesto el mío antes que el de su padre. Y yo les decía que no había cambiado nada, sino que lo habíamos decidido», explica por su parte Ruth Vilagrasa. En este caso, los padres decidieron que este bebé de cinco meses mantuviese primero el apellido de su progenitora.

A partir del 30 de junio, en caso de que no se haga constar el orden de los apellidos o de que los padres no se pongan de acuerdo en un plazo de tres días, será el propio encargado del Registro Civil quien establezca dicho orden atendiendo al interés superior del menor, pero no poniendo por defecto el del padre.

Algunos de los recursos a los que podría recurrir para primar uno de los dos apellidos podrían ser el orden alfabético, establecer un sorteo o la combinación que mejor suene con el nombre.

Azahara Moyano es la madre de Enzo Moyano Serra, un bebé de un año. «Creo que todo el mundo debería llevar antes el apellido de la madre porque somos las mujeres las que parimos y a veces nos jugamos la vida en ello», argumenta. «Antes de poner por defecto el apellido del padre, deberían al menos preguntar, de la misma manera que hace años que la comadrona nos pregunta a nosotras el nombre del niño nada más nacer», sostiene Moyano. Su pareja y padre del niño la apoyó en su decisión.

Homenaje

Pero hay un segundo motivo por el que Enzo llevara primero el apellido materno: el padre de Azahara. «Es un homenaje a él, que falleció cuando yo tenía 18 años. Él solo tenía una hermana y yo no quería perder su apellido, que es cordobés», concluye esta madre. Actualmente existen hospitales que ofrecen a los padres inscribir a sus hijos desde la propia clínica, encargada de remitir la solicitud al Registro Civil.

En países como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania, los ciudadanos conservan solo el apelativo del padre, perdiéndose así el de la madre. En España, a partir de los 18 años, cada persona puede decidir el orden de sus apellidos.