Jorge Fernández se mantiene en sus trece. El marido de la ciudadana española Pilar Garrido, cuyos restos corporales fueron hallados el pasado 26 de julio en el norteño estado mexicano de Tamaulipas, ha negado ser el responsable de la muerte de su esposa horas después de que un juez lo procesara por un presunto delito de homicidio. El mexicano, detenido el martes, insiste en su versión de que la víctima fue secuestrada por dos individuos que les interceptaron cuando iban en coche. «En un principio se ha reservado el derecho a declarar, y después ha negado los hechos», explicó ayer el fiscal del estado de Tamaulipas, Irving Barrios, en una entrevista en la emisora Televisa.

El caso de la española desaparecida el 2 de julio pasado en México, cuyo cadáver fue hallado semanas después en un descampado, dio el martes un vuelco de 180 grados después de que los investigadores mexicanos señalaron a su esposo como probable responsable del asesinato y detallaron que la valenciana falleció estrangulada.

El fiscal estatal ha asegurado que hay un «cúmulo de elementos probatorios» que incriminan al marido. «Principalmente, los interrogatorios, porque ha incurrido en contradicciones en varias declaraciones que ha hecho en calidad de víctima», ha especificado.

El acusador público no ha confirmado, sin embargo, si la policía ha encontrado manchas de sangre en el coche en el que viajaba la pareja, un dato que trascendió unos días después de que Jorge Fernández denunciara el supuesto secuestro de su esposa, de 34 años.

De acuerdo con la versión inicial que Fernández dio a la policía mexicana, la pareja fue interceptada en una carretera por un vehículo del que salieron dos hombres, quienes, tras intentar robar el coche, acabaron llevándose a Garrido.

Barrios ha detallado que la hora de salida y llegada del marido en ese viaje no concuerda con el tiempo que habitualmente se tarda en cubrir los 160 kilómetros que separan la localidad costera de La Pesca de Ciudad Victoria, capital del estado y donde residía la pareja.

El fiscal ha dado detalles sobre el crimen y ha explicado que la muerte de Garrido aconteció tras un golpe en la nariz que le hizo perder el equilibrio y caer sobre una «superficie dura», golpeándose en la región occipital del cráneo. Una vez en el suelo, fue estrangulada, y por ello el cadáver presentaba una fractura del hueso hioides, ubicado a la altura de la tercera y cuarta vértebra cervical.

Los restos de Garrido, que estaban en un avanzado estado de descomposición, se encontraron el pasado 26 de julio en un paraje cercano al lugar de los hechos. Para poder identificar a la mujer fueron fundamentales las pruebas de ADN, que semanas después demostraron que era Garrido.

«Fernández golpeó a su mujer y luego la estranguló. Después arrojó el cuerpo a escasos 20 metros de la carretera», ha asegurado el fiscal. Por el mal estado en el que se halló el cuerpo, los exámenes de los peritos fueron difíciles de realizar. «No había tejidos blandos y se tuvieron que ir analizando los huesos», ha recordado el fiscal.

Barrios ha explicado que, si bien no constan detalles sobre antecedentes de violencia de género en la pareja, amigos y vecinos de Pilar Garrido afirman que la mujer quería volver a vivir a España con su hijo y abrir un negocio en su país natal. Unos proyectos que el marido declaró que desconocía.

Seguridad mexicana

Fuentes próximas al caso habían informado de que algunos conocidos de la víctima habían pedido a la policía que se investigara al esposo, criminólogo de profesión y que trabajaba en un organismo de seguridad mexicano llamado C-4.

Por el contrario, la familia de Pilar Garrido se ha mostrado muy sorprendida por la detención del marido de la valenciana. Una muestra de que no sospechaban del esposo de Pilar es el hecho de que la madre de la víctima ha estado viviendo en casa del esposo hasta el día de su detención.