Un pequeño asteroide del tamaño de una casa -entre 15 y 20 metros de diámetro- pasará este jueves a unos 42.000 kilómetros de la Tierra, una distancia escasa en términos astronómicos, equivalente a una décima parte la distancia a la Luna, pero que no implica el más mínimo riesgo, según han informado las agencias espaciales de Estados Unios (NASA) y Europa (ESA), las universidades de Arizona y Maryland y diversos observatorios que participan en el seguimiento conjunto. Esa altura orbital es superior incluso a la de los satélites de comunicaciones geoestacionarios.

El objeto, bautizado como 2012 TC4, lleva una velocidad relativa con respecto a la Tierra de 7,3 kilómetros por segundo. El acercamiento más cercano a la Tierra se producirá sobre la Antártida a las 15.42 GMT (17.42 hora española peninsular). Sin embargo, no será visible a simple vista ni siquiera desde Australia u otros territorios cercanos. Salvo que gira alrededor del Sol en 609 días y que volverá en el 2050 a una distancia aún superior, pocas cosas más se saben de él.

Este encuentro con TC4 está siendo utilizado por 'cazadores' de asteroides de todo el mundo para probar su capacidad para operar como una red coordinada internacional de alerta temprana de asteroides. De hecho, como explica Michael Kelley, de la NASA, este asteroide no tiene nada de especial: "Pasan asteroides de este tipo frecuentemente. Lo que lo hace especial es que jamás se había intentado un ejercicio conjunto de defensa planetaria". "Esta vez no es preocupante -declara en el mismo sentido Detlef Koschny, codirector del seguimiento en la ESA-, pero igual llega en un futuro un objeto verdaderamente peligroso y entonces estaremos más preparados".

SE PERDIÓ DE VISTA

Este asteroide fue descubierto por el telescopio Pan-STARRS en Hawái en el año 2012. Pan-STARRS realiza un estudio de objetos cerca de la Tierra financiado por el Programa de Observaciones NEO de la NASA. Sin embargo, 2012 TC4 pronto quedó fuera de la visión de los telescopios dedicados al seguimiento de asteroides.

Sobre la base de las observaciones que pudieron hacer en el 2012, los seguidores de asteroides predijeron que debería volver a la vista en este otoño. Los observadores de la ESA y el Observatorio Europeo Austral (ESO) fueron los primeros en recapturar 2012 TC4 a finales de julio 2017, usando el supertelescopio chileno VLT, con un espejo de ocho metros. Desde entonces, observadores alrededor del mundo han estado rastreando el objeto mientras se aproxima a la Tierra.

Decenas de telescopios de funcionamiento profesional en todo el mundo estarán haciendo observaciones en tierra en longitudes de onda de visible a cerca de infrarrojo a radar. Los astrónomos aficionados pueden contribuir con más observaciones, pero el asteroide será muy difícil para los astrónomos aficionados, ya que las estimaciones actuales son de que alcanzará una magnitud visual de solo 17 en su punto más brillante y se moverá muy rápido a través del cielo.

EL BÓLIDO DE CHELIABINSK, 2013

No se prevé que ningún asteroide de tamaño peligroso y actualmente conocido afecte a la Tierra durante los próximos 100 años. Pero hay que estar preparados: un objeto similar, de unos 20 metros de diámetro, explotó en el cielo poco antes de caer en las cercanías de la ciudad rusa de Cheliabinsk en febrero del 2013. Hubo 1.300 heridos, la mayoría por cortes con vidrios que estallaron al paso del asteroide.