Lo peor es que los daños son irreversibles, así que la prevención es fundamental. La mitad de los jóvenes españoles se expone de manera continua a niveles de ruido excesivos, dañinos para la salud del oído y la audición, que se ve afectada de forma directa por el hábito de escuchar música con auriculares y la asistencia a conciertos y locales de ocio con el volumen de los altavoces muy alto.

Con motivo del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, que se conmemora hoy, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (Seorl-CCC) alerta del perjuicio que tiene en los jóvenes esta exposición continua a los decibelios y reivindica mayores medidas de protección ante el aumento de pérdida auditiva que se está registrando en la sociedad tecnológica.

«De la misma manera que se hacen campañas contra el exceso de sol y el tabaco, se debería concienciar a la población de los peligros de los excesos sonoros, tanto en intensidad como en tiempo de exposición, que pueden comportar los dispositivos móviles», subraya el doctor Marc Tobed, miembro de la Seorl. Unos abusos de los que no son conscientes los jóvenes y que, junto con el resto de factores de riesgo (conciertos, discotecas, tráfico y transportes especialmente), pueden provocar asimismo estrés, insomnio, irritabilidad, síntomas depresivos, falta de concentración, migrañas, problemas cardiovasculares y otras patologías.

Las advertencias de la Seorl se basan en la constatación de que la pérdida auditiva asociada a la edad se está adelantando hasta 20 años por el ruido excesivo. «Aparecen déficits en personas de 40 años que son típicos que sucedan a partir de los 60-65 años».

La mitad de la población de entre 12 y 35 años escucha dispositivos electrónicos (MP3, teléfonos móviles y otros) a niveles de riesgo en países de ingresos medios y altos, alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aconseja no superar los 65 decibelios. Por ello, la Seorl reclama mayores medidas de protección. Entre ellas, el cumplimiento de la normativa de la UE para los reproductores de música de uso personal, que deberían tener un límite estándar de salida automático del sonido de 85 decibelios y la posibilidad de aumentarlo solo hasta un máximo de 100, e incorporar medidas de aviso cada 20 horas si se opta por este incremento.

María José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la Seorl, recomienda aplicar la regla 60-60 al usar reproductores de música, es decir, «no utilizarlos más de 60 minutos al día y no superar el 60% del volumen que permiten los mismos».