Las pruebas contra la auxiliar de enfermería del Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares detenida por presunto asesinato el sábado son bastante sólidas. Una grabación efectuada por una cámara oculta situada en el pasillo del centro sanitario muestra cómo Beatriz López Doncel accede a la habitación de la anciana poco antes de que esta falleciera, según fuentes de la investigación. Sería este el momento en el que aprovechó para inyectar aire en la venas a la mujer de 86 años, lo que provocaría su muerte inmediata.

La cámara fue colocada por orden del juzgado número 4 de Alcalá de Henares a raíz de la muerte en el 2015 de otra paciente octogenaria en circunstancias casi idénticas. La policía ya sospechó entonces de Beatriz pero no pudo obtener ninguna prueba concluyente que la relacionara con el suceso. Pero la investigación no se dio por cerrada.

GRABACIÓN PARCIAL / El juez autorizó la instalación de la cámara en la zona de acceso a las habitaciones. La opción de grabar lo que ocurría dentro de todas las habitaciones podría haber proporcionado pruebas aún más concluyentes pero no solo era más costosa, sino que podría ser ilegal ante la debilidad de las pruebas obtenidas hasta entonces por los investigadores.

Poco después de ocurrir la muerte del 2015, la auxiliar se rompió un hueso del antebrazo y estuvo de baja un año y dos meses, hasta que se reincorporó el pasado mayo. Beatriz ocupaba una plaza de interina en el centro desde el 2014.

Mientras la detenida sigue ingresada en el Centro Penitenciario Madrid I de Mujeres de Alcalá de Henares en régimen de prisión provisional sin fianza, la policía revisa todas las muertes ocurridas en la especialidad de Medicina Interna, en los periodos en los que ella que estuvo en activo. No se descarta que la auxiliar provocara como mínimo dos más.

UN CASO CALCADO / El caso del 2015 fue casi calcado al actual. El estado de la anciana no revestía riesgo vital e iba a ser dada de alta, pero murió repentinamente. Los médicos apreciaron una burbuja de aire en el corazón y dieron parte a la Policía Nacional, que no pudo llegar a ninguna conclusión.

Esta vez el desenlace ha sido diferente. Después de que se le practicara un TAC a la fallecida en el que también apareció una burbuja de aire en el corazón, tanto los médicos como la policía sospecharon inmediatamente de Beatriz. La grabación de la entrada de esta en la habitación habría sido determinante para que el juez dictara la orden de prisión sin fianza.

También se han tenido en cuenta otros indicios, como que la lesión del brazo se la produjo en un forcejeo con un paciente y que tras su divorcio fue tratada por un cuadro de depresión. Beatriz tiene 37 años y es madre de una niña de 9.

Durante todo el viernes muchos pacientes y familiares del hospital manifestaron su inquietud y algunos han criticado que no se tomaran medidas efectivas para evitar la última muerte, dado que ya se sospechaba de un trabajador.