El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, afirmó ayer que "es demasiado pronto" para decir qué causó el siniestro del avión de la compañía española Swiftair en Malí, pero señaló que ante las malas condiciones meteorológicas, la tripulación pidió desviarse de su trayectoria y dar marcha atrás.

También hizo mención a que los fragmentos calcinados de la aeronave que se han encontrado en la sabana del este del país, "de pequeño tamaño", están esparcidos por un espacio limitado de 300 metros por 300 y que los restos humanos "están pulverizados". Todos estos elementos darían a entender que el aparato no explotó en vuelo y que se estrelló a gran velocidad contra el suelo, lo que provocó su práctica desintegración.

La lectura de las cajas negras que llegaron ayer a París, si se pueden analizar, debería ayudar a clarificar las circunstancias de lo ocurrido, tanto la que contiene los parámetros del vuelo, como la de las grabaciones de las conversaciones en cabina, bastante más deteriorada.