El aeropuerto de Madrid consiguió esquivar este mismo verano una huelga como la que afecta a El Prat gracias a la conquista de la reclamación principal de los trabajadores: crear una figura específica (funcionalidad, en argot sindical) con un plus para los agentes de seguridad que trabajan en los escáneres. Alegan que están sometidos a un estrés importante y que necesitan una formación extra. La empresa concesionaria en el Aldolfo Suárez-Barajas, Prosegur, llegó a este compromiso en la negociación con los sindicatos, que presionaban con paros durante 12 días el pasado mes de julio. El acuerdo alcanzado implica que estos agentes recibirán 1,7 euros más por hora y que se formará al personal para que una mayor rotación evite la necesidad de duplicar jornadas. La seguridad del aeropuerto de El Prat está adjudicada a la empresa Eulen, que, lamentan los trabajadores, se niega a asumir la mejora de condiciones laborales que reclaman. El Sindicato Autónomo de Trabajadores de Empresas de Seguridad (ATES) señala que el único vector diferencial entre lo sucedido en Madrid y en Barcelona es la actitud empresarial. Su secretario general, Miguel Ángel Torres, considera que la única vía es que Eulen asumiese esa demanda y alerta del riesgo de que el conflicto pueda propagarse a otros aeropuertos en los que esta compañía también es adjudicataria. «No tiene lógica que en un aeropuerto el salario sea diferente de otro. La salida es crear esa funcionalidad específica en el convenio estatal», explica. Eulen consiguió el contrato de 18 aeropuertos, entre ellos el de Huesca-Pirineos.