La Comisión Europea (CE) ha decidido retirar su propuesta legislativa para armonizar a nivel europeo la baja de maternidad, debido a la falta de avances en las negociaciones de ese "dossier", ha informado este martes el Ejecutivo comunitario.

La CE presentó en el 2008 ese proyecto, con el objetivo de prolongar la baja de maternidad obligatoria de 14 a 18 semanas. El texto fue adoptado en el 2010 en primera lectura por el Parlamento Europeo (PE), que propuso extender la duración de la baja hasta las 20 semanas pagadas a tiempo pleno, un texto que después quedó bloqueado en las negociaciones del Consejo (países de la Unión Europea, UE).

La nueva Comisión, que asumió su mandato a finales del 2014, acordó dar un plazo de seis meses para intentar desbloquear las negociaciones, y advirtió de que en caso de que no se lograran avances, retiraría la propuesta. "El Consejo ha concluido que no hay perspectivas de progreso sobre la propuesta de directiva sobre permisos de maternidad", ha señalado el Ejecutivo comunitario en un comunicado.

Satélites de observación

La Comisión ha recordado que esa retirada estaba prevista en su programa de trabajo para 2015, al igual que el de otra propuesta a la que también Bruselas ha decidido renunciar: la directiva sobre el uso comercial de datos procedentes de satélites de observación de la Tierra. Sobre este segunda normativa, indicó que "es poco probable que la propuesta pudiera ser adoptada de manera que permitiera cumplir los objetivos del mercado interior".

La CE "confirmará ahora formalmente al PE y al Consejo su intención de proceder a la retirada de esas propuestas", añade el comunicado.

Bruselas indicó que tiene previsto continuar trabajando con los colegisladores para llegar a un acuerdo sobre una tercera propuesta que estuvo a punto de ser retirada: la relativa a la agricultura orgánica y el etiquetado de esos productos. La CE ha decidido seguir adelante con ese "dossier", a la vista de los progresos en las negociaciones, con la aprobación el pasado junio de la propuesta por parte del Consejo (que ahora está pendiente del voto del PE).

La nueva Comisión insistió desde el inicio de su mandato en que estaba decidida a mejorar la regulación a nivel comunitario, renunciando a las propuestas cuyas negociaciones llevaran mucho tiempo bloqueadas y no tuvieran visos de una solución a corto plazo.