El 24 de octubre de 1931, el gángster Alphonse Gabriel Capone, más conocido como Al Capone, es condenado a once años de prisión y 50.000 dólares de multa por fraude fiscal. La justicia estadounidense lograba así incriminar al líder mafioso más reconocido y perseguido del momento por un delito de evasión de impuestos que pudieron demostrar a través de recibos que le relacionaban con el juego ilegal.

Al Capone, natural de Brooklyn, se convirtió en la figura más importante de la mafia durante el final de los años 20 y comienzos de los 30 en Chicago, donde dirigió la actividad delictiva de los bajos fondos con precaución para que su figura siempre permaneciese en la sombra. Sin embargo, las nuevas leyes promulgadas en 1927 abrieron el camino para su detención por el gobierno federal.

Condenado por cinco de los 23 cargos que se le atribuían, Capone ingresó en la cárcel de Atlanta en 1932 y fue trasladado dos años más tarde a la prisión de Alcatraz hasta que se le concedió la libertad condicional tras pasar ocho años entre rejas. Su estado de salud le llevó a ser ingresado en el hospital, ya que padecía sífilis, y finalmente murió en su mansión de Miami Beach en 1947.