La Generalitat catalana permite desde ayer la comercialización de leche cruda a granel. La norma ha provocado la sorpresa de expertos sanitarios que ven en esta medida un riesgo innecesario para la salud ya que la leche cruda puede causar infecciones importantes al ser susceptible de contaminarse con facilidad a diferencia de la envasa pasteurizada. La leche cruda puede transmitir la brucelosis o fiebre de Malta además de otras infecciones por microorganismos que podrían hasta provocar una grave sepsis. Por ello no se recomienda que la ingieran embarazadas, niños pequeños, personas mayores o con tratamientos inmunosupresores. Unos riesgos que se pueden evitar si se hierve la leche antes de consumirla, algo innecesario en el caso de la leche pasteurizada o UHT (dos sistemas de elevación de la temperatura) que se vende en cualquier supermercado. Abel Mariné, catedrático en Nutrición de la Universidad de Barcelona, considera que «responde al beneficio del pequeño productor y a la moda de buscar los productos más frescos y naturales posibles» y afirmó que su comercialización «supone una vuelta atrás». Precisamente, el apoyo al sector lácteo catalán ha sido uno de los motivos para aprobar el decreto. «No es nuevo. Francia e Italia hace años que la permiten», argumentó ayer la consejera del gremio, Teresa Jordá.