Investigadores del Instituto de Recerca Biomédica (IRB), de Barcelona, han logrado por primera vez identificar células madres en el colon humano, las han aislado y finalmente las han reproducido in vitro, en placas de laboratorio, manteniendo sus propiedades indiferenciadas. El avance, cuyos resultados se han publicado en la revista Nature Medicine, abren el camino para futuras terapias de medicina regenerativa en el estómago --sustituyendo las zonas dañadas por cultivos de laboratorio--, aunque lo más tangible por ahora es que "podría ayudar a determinar por qué se declaran ciertos cánceres", explica Eduard Batlle, jefe del equipo en el IRB. Y a prevenirlos.

A lo largo de nuestra vida, las células madre del colon regeneran semanalmente la capa interior del intestino delgado. Son como una reserva que da lugar a los diversos tipos de células diferenciadas propias del intestino, prosigue Batlle, investigador del IRB con un contrato ICREA de la Generalitat. Durante décadas, los científicos han tenido evidencias de la existencia de estas células aunque su identidad ha permanecido en la sombra. Ahora, se ha descubierto cómo localizar esas células tan escasas --"no son ni el 5%", insiste el investigador-- y se ha desarrollado un método para aislarlas y expandirlas en placas de laboratorio.

Propagar o crecer células fuera del cuerpo implica proveer a estas células en placas de laboratorio de la mezcla de nutrientes, factores de crecimiento y hormonas adecuada para su supervivencia, "las mismas que tendrían en su nicho natural del intestino". Pero de la misma manera en que cada uno de los más de 200 tipos celulares de nuestro cuerpo se diferencian unos de otros, las condiciones óptimas de crecimiento de las células en cultivo son también diferentes. En el caso concreto de las células madre adultas extraídas del colon, técnicamente CoSCs, nunca se había logrado.

"Es la primera vez que ha sido posible propagar las CoSCs en placas de laboratorio y derivar de ellas líneas de células madre intestinales humanas en condiciones de laboratorio totalmente definidas", explica Peter Jung, primer firmante del artículo. "Durante años --prosigue el investigador--, científicos de todo el mundo han intentado propagarlas en el laboratorio, pero debido a que la gran mayoría de células del tejido intestinal son células diferenciadas que ya no pueden proliferar, solo sobrevivían durante unos cuantos días en estas condiciones".

El avance llega tras más de 10 años de intensa investigación dedicada a la caracterización de la biología de las células madre intestinales y su conexión con el cáncer. La investigación ha sido posible gracias a la estrecha colaboración entre el equipo de Batlle y sendos grupos de Madrid y Holanda. Por parte del IRB han participado Anna Merlos, Francisco Barriga, María Gallardo y Elena Sancho. La comunidad científica dispone ahora de una receta bien definida para aislar las CoSCs y derivar líneas estables "con la capacidad de crecer de forma indiferenciada", explica el IRB en una nota informativa. "Ahora podemos mantener esas células madre en placas hasta cinco meses o podemos inducir artificialmente su diferenciación hacia células epiteliales intestinales, tal y como harían dentro de nuestros cuerpos", concluye Jung.