Madrid fue el primer ayuntamiento en aprobar un sistema por el que cualquier ciudadano puede lograr que su idea acabe en referéndum. Este domingo, a las 19.00 horas han cerrado las urnas de la primera gran consulta ciudadana. Los madrileños que han querido, y han puesto tantas facilidades que era difícil no harcelo, han podido marcar en una papeleta cómo quieren que sea la reforma de la emblemática Plaza de España, si quieren un billete único de transporte en la ciudad, que permita utilizar metro y autobús durante un determinado de tiempo pagando solo una vez y si quieren que la capital sea "100% sostenible".

Son las propuestas que lograron pasar el filtro del número de firmas de apoyo requerido para que fueran sometidas a reférendum. En un principio el portal Decide Madrid puso el listón en el 2% del censo electoral (54.128 firmas) pero al ver que ninguna iniciativa iba a superarlo, se bajó al 1% (27.064). En la etapa de Alberto Ruiz Gallardón, el número de firmas necesarias para lograrlo eran 274.640.

Los datos de participación se han retrasado, porque las facilidades para votar eran tantas que ahora tocar comprobar que todos que los que han votado están censados en Madrid y que ninguno ha utilizado más de una de las formas previstas para ejercer el derecho. En enero, todos los domicilios madrileños recibieron las propuestas y un sobre prefranqueado para depositar la papeleta a través de Correos hasta el 12 de febrero. A partir del día siguiente y hasta esta tarde se podía votar presencialmente en más de un centenar de urnas ubicadas por toda la ciudad.

Los resultados de la votación se conocerán el martes. Será entonces cuando sepamos qué han decidido los madrileños para la plaza de España: si el proyecto X o el Y, que comparten dos ideas básicas aumentar las zonas ajardinadas del entorno y la peatonalización de la próxima Gran Vía. Si sale adelante el billete único el ayuntamiento tendrá que negociarlo con la comunidad, porque el metro no depende del consistorio. No obstante, se confía en que otras administraciones no puedan negarse si los madrileños lo apoyan.