Un hombre ha sido detenido por la Guardia Civil después de que un rádar detectara que estaba circulando a 221 kilómetros por hora por la autovía A-11 a la altura de Coreses (Zamora). Además del conductor, en el coche también viajaban su pareja y la hija de ocho meses de ambos.

Una patrulla de la Guardia Civil, el pasado viernes por la mañana, había establecido un dispositivo de control de velocidad con el que se localizó a este vehículo que casi doblaba la velocidad permitida en aquella autovía, que es 120 kilómetros por hora.

El detenido, de 22 años y nacionalidad portuguesa, ha sido imputado por un delito contra la seguridad vial y puesto a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Zamora. Para poder detener el coche, asegurando la seguridad de sus ocupantes y el resto de usuarios de la vía, se estableció un dispositivo especial a unos setenta kilómetros de donde se había cazado al turismo.

La Guardia Civil de Zamora ha recordado que superar la velocidad en un tramo genérico de autovía los 216 kilómetros hora ya se considera un delito contra la seguridad vial tipificado en el Código Penal con penas de prisión de tres a seis meses o multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días.