La oposición apoyó ayer en el pleno del Congreso la tramitación de la proposición de ley impulsada por el PSOE con la que se pretende permitir a los menores de 16 años que cambien de sexo y nombre en el registro civil sin necesidad de tener el permiso paterno. La iniciativa permitiría que el niño, aunque no tenga el apoyo de uno o de ninguno de sus progenitores o tutores para realizar este cambio registral, pueda solicitarlo a través del ministerio fiscal, de forma que será un juez quien resuelva el procedimiento «teniendo siempre en cuenta el interés superior del menor».

Como destacó la diputada socialista que defendió en el pleno esta ley, Lola Galovart, la medida «garantizará que la identidad reconocida por la sociedad sea la percibida y sentida por la persona, sin condicionantes de edad, ni de acreditación de identidad sexual por un tercero, ni de modificación del cuerpo si la persona no lo desea». Además, subrayó que la norma avanza en reconocer los derechos de los transexuales extranjeros, que podrán pedir el cambio en sus tarjetas de residencia y permisos de trabajo, y en la despatologización de este colectivo, pues no exigirá requisitos médicos o quirúrgicos para solicitar la rectificación registral.

«Con esta reforma se supera una legislación que consideraba la transexualidad como un trastorno mental, al exigir para el cambio de sexo informes médicos sobre la existencia de una distrofia de género, además de los tratamientos médicos para llevar a cabo este proceso biológicamente», declaró Galovart.

La mayoría de los partidos adelantaron en la sesión parlamentaria de ayer el apoyo a la iniciativa del PSOE. La excepción fue el PP que señaló que no puede apoyar una propuesta que, a su juicio, supone una «inseguridad jurídica», tanto en el caso de los menores como en el de los extranjeros.